La ferretería Ca’n Xic nació en 1960 en la calle Cas Monjo de Pòrtol, de la mano de Miquel Ramis, apodado Xic, y Magdalena Serra. En los años 80 la tienda se les quedó pequeña gracias al buen funcionamiento del negocio y se trasladaron hasta la calle Major de Pòrtol, su actual ubicación. El local donde se encuentra Can Xic era la vivienda de los abuelos de María, que lo transformaron en el actual ferretería, y ellos se hicieron una casa arriba, en el mismo edificio. Desde hace doce años está al frente del negocio la segunda generación, con Maria Ramis, que trabajaba con sus padres desde muy joven. Ella dirige el negocio con la única ayuda de su hijo Miguel, de 31 años. Ca’n Xic de Marratxí tiene un gemelo en Santa María. Otro Ca’n Xic que abrió Rafel Ramis, hermano de María, hace 31 años.
María, de 53 años, se deshace en elogios al trabajo realizado por sus padres para levantar Ca’n Xic y mantenerla con vida durante tantos años. «Mi madre es única, tiene un carácter muy abierto, encuentra soluciones a todo. Para ella un no, no era un respuesta. Decía: yo te lo miro y si existía y había posibilidad conseguía. Y por eso venía gente de toda Mallorca. Yo recuerdo clientes de Valldemossa y de Sóller «.
María confiesa que la longevidad de Ca’n Xic tiene mucho que ver con el carácter comercial y el dinamismo de sus padres. «Yo veía que mis padres se movían mucho, nos pedían los ‘panets’ y iban a buscarlos hasta Campanet a una persona que les hacía; si nos pedían sillas mallorquinas iban hasta Manacor. Iban a buscar lo que nos pedían, no se detenían en decir de eso no tengo, ellos decían: ah, pues sí, tendré y buscaban los proveedores «.
La propietaria de Ca’n Xic admite que la competencia de los centros comerciales, tan cerca de su ferretería, los perjudica porque la gente busca precio y «los clientes vienen aquí cuando no se lo han encontrado en otros puestos». Una competencia que ha hecho que hayan tenido que ampliar su oferta comercial. «Hoy en día en Ca’n Xic tenemos muchas cosas, si sólo nos dedicaráramos a ferretería, al final del día sólo venderíamos un tornillo; por eso, tenemos electricidad, fontanería, ferretería, decoración, plantas, un poco de todo … «.
La pandemia y el confinamiento han empobrecido, e incluso hundido, a muchos de negocios. No es el caso de Ca’n Xic que, incluso, ha resultado beneficiado. «Se notaba que las grandes superficies estaban cerradas y nosotros hacíamos venta online y reparto a domicilio durante el confinamiento, y luego durante el desconfinamiento la gente venía a la tienda porque necesitaban muchas cosas».
Reconocen que con el alargamiento de la pandemia y las dificultades económicas sobrevenidas se ha producido un descenso de las ventas, pero «vamos haciendo», admite María Ramis que, junto con su hijo, no cesan de atender clientes en Ca ‘ n Xic, un comercio que es una referencia y una garantía para los clientes desde hace 60 años. Y así lo ha reconocido el IDI, Instituto de Innovación Empresarial de las Islas Baleares, que lo ha distinguido con el título de comercio con historia.