Postres Tudurí, toda una vida compitiendo con grandes multinacionales

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Postres Tudurí nació en 1965 de la mano de Catalina Borràs i Joan Tudurí que se dedicaban al negocio del hostelería. “En el patio del Bar El Hoyo, en Son Ferriol, o en la cocina del Bar Moka (en la Puerta Sant Antoni de Palma) se empezaron a elaborar los flanes y el pudings, que se vendían a nuestros primeros clientes, como el Celler Sa Premsa”, explica Carles Tudurí, gerente e hijo de los fundadores, y actualmente único representante de la segunda generación trabajando en la empresa. Sus hermanos, Marc, Maria y Manuel, trabajaron en Postres Tudurí pero actualmente ya no lo hacen. El relevo generacional está garantizado porque Elisabet Cloquell Tudurí, hija de uno de los hermanos, ya trabaja como responsable de producción de la empresa.

En Postres Tudurí consideran que tienen una ventaja competitiva respecto a la competencia que es que sus productos, a diferencia de la competencia, están recién hechos. “El consumidor tiene la oportunidad de comer un producto hecho muy pocos días antes. En segundo lugar, la calidad. Los productos se elaboran de forma tradicional, por ejemplo utilizando el baño maría y no utilizamos conservantes”, cuenta Carles Tudurí.

En esta empresa marratxinera trabajan diez empleados que producen 200.000 unidades de sus postres. Seis personas trabajan en la fábrica y tres en distribución, además del gerente. Como la mayoría de las empresas, Postres Tudurí se ha visto golpeada por la pandemia y por las restricciones sociales que derivaron en ausencia de turistas y en locales de restauración cerrados. “La facturación se ha visto afectada por la pandemia estos dos últimos años, esperamos que en 2022 recuperemos y mejoremos un poco y nos acerquemos  a los 800.000 euros”, apunta Carles Tudurí.

“El cierre y la bajada de actividad de los restaurantes nos afectó mucho, puesto que son nuestros principales clientes. No trabajamos demasiado con la hotelería, a pesar de que tenemos algún cliente muy bueno que apuesta por la calidad, como el Hotel Diamante o el Hotel Cala Fornells. Por eso la crisis turística no nos afectó tanto, pero el cierre las restaurantes sí que nos situó en una posición crítica”, confesa Carles Tudurí.

Los propietarios de Postres Tudurí reconocen que la pandemia les ha hecho ver que es necesario diversificar y estar presente en distintos segmentos de negocio. Aquello que no les sorprendió fue la exigencia de medidas y protocolos sanitarios porque “nosotros ya aplicábamos medidas de higiene y desinfección muy estrictas, con controles constantes por parte de Sanidad y de una empresa consultora”.

Los dos principales clientes de Postres Tudurí son los comercios y los restaurantes. “Dentro de estos dos tipos de clientes ofrecemos nuestras dos líneas de productos: los lácteos y las tartas. En el primer caso, hablamos de flanes, pudings, cazoletas de queso y de brossat, etc. En cuanto a las tartas hemos ampliado la oferta con incorporaciones como la red velvet, el cardenal o la vegana de almendra y manzana. Las que más vendemos son el gató de almendra, la tarta de queso con arándanos o la de zanahoria”.

Postres Tudurí trata de satisfacer el gusto de sus clientes y también se adapta a los nuevos tiempos respecto al tamaño de las tartas. Por eso han introducido una tarta pequeña porque ahora cuesta vender más que hace años las tartas para 8 o 10 personas.

Con casi sesenta años de historia, Postres Tudurí señala como gran amenaza la competencia de grandes empresas que tienen una enorme capacidad para ofrecer productos parecidos a precios muchos bajos. Frente a las grandes empresas y multinacionales esta empresa mallorquina cuenta con la lealtad de sus clientes tradicionales. “Tenemos suerte de que una parte de los consumidores valoran la calidad por encima el precio y son bastante fieles a nuestra marca”, asegura Tudurí.

Carles Tudurí considera que, además de la calidad, y de un producto que encaja con los gustos de los consumidores la mejor arma es “la diversificación, que ahora intentamos ampliar con la incorporación de algunos hoteles a nuestra clientela”.

Postres Tudurí ha superado los 56 años de historia siendo una referencia tanto para los clientes que compran sus productos en los supermercados como para aquellos que lo piden en los restaurantes. “La clave es atender a los gustos y necesidades de los clientes, ya sea el consumidor final que va a un supermercado o el restaurante que después ofrece nuestro producto a sus clientes sabiendo que tiene la misma calidad que si lo elaborara en su cocina”, subraya Carles Tudurí.

Con el paso del tiempo, también cambian los gustos y las preferencias de los consumidores. Unos cambios que obligan a las empresas a reposicionarse para no perder clientes. “Ahora hay más conciencia sobre la relación entre la comida y la salud… y, claro, los postres se resienten de ello porque son dulces. Pero por otro lado, como el consumo ha bajado, hay consumidores que cuando optan por este tipo de producto eligen la calidad”, señala Carles Tudurí.

Para conectar con las nuevas generaciones, hijos y nietos de los primeros consumidores de Postres Tudurí, la empresa apuesta por redes sociales como Instagram para atraer y conectar con las nuevas generaciones. “Colgamos videos, hacemos algunos sorteos y de vez en cuando alguna campaña. Tratamos de colaborar con personas o empresas que representan el producto local o la cocina mallorquina, como Maria Gibert y su página Recetas Mallorquinas