Alexander Seguí, uno de los fundadores de Adaptatetu, cuenta que la idea surgió después de pensar durante años en un proyecto solidario que englobara ocio, música, accesibilidad y sostenibilidad. “Colaborando con la industria musical vimos un nexo entre dos mundos, accesibilidad y ocio, que hasta ahora no se habían mezclado mucho”, explica Alexander Seguí, que fundó Adaptatetu junto con Yanko Morales, economista; Manuel Alejandro AKA Not Demure, músico, dj y productor; Mar Gutiérrez, estudiante de Pedagogía, y Marc Montoro, mediador comunicativo, ahora trabajando con perfiles como la ceguera, sordo-ceguera, autismo y conducta.
“Nuestra misión se resume en conseguir un acceso igualitario a la cultura”, cuenta Seguí, que añade que para conseguirlo ponen en marcha medidas de accesibilidad en los acontecimientos, trabajan estrechamente con personal sociosanitario, imparten charlas y formaciones, y prestan un servicio personalizado a cualquier persona con diversidad funcional que los requiera.
Alexander Seguí explica que “la satisfacción más grande que he tenido fue cuando un muchacho de 23 años tetrapléjico acudió a su primer festival gracias a nosotros. O la de un niño de 7 años, que fue a su primer concierto acompañado de sus padre. O una mujer mayor que hacía dos años que no salía de casa”.
Una entidad “gamberra”
Adaptatetu se siente satisfecha de cómo ha sido recibida la entidad. “Honestamente, la acogida ha sido fantástica. Después del I Encuentro de Entidades Sociales de Marratxí, nos dimos cuenta realmente del valor que aportamos a la sociedad. Adaptatetu es una entidad recién nacida formada por gente joven que se reconoce “un poco inexpertos y gamberros a la hora de tratar la discapacidad, con humor por supuesto, pero siempre desde el respeto y el amor. Cuando lanzamos el proyecto lo anunciamos con el lema Perdón por el retraso”. Cuentan que “es precisamente esta visión joven lo que necesita este sector tan sumido en el clínico, en esta pena con la que se trata a las personas con diversidad funcional. Esto se ha acabado, estamos aquí para sacarlos de contexto, para mostrarle a la sociedad que es esta misma diversidad la que nos define y que todos tenemos el mismo derecho de disfrutar del ocio y la oferta cultural”.
Adaptatetu publicará en las próximas semanas el programa de voluntariado en su web. Actualmente, ya cuentan con más de cincuenta voluntarios y esperan incrementar esta cifra. Los voluntarios se dividen en dos grupos. Por un lado, el personal técnico sanitario que colabora en los festivales y el resto de voluntarios que dan su apoyo en otros campos.
Adaptatetu aspira a que los organizadores de acontecimientos se conciencien y pongan en marcha las medidas de accesibilidad necesarias. ”Sin embargo, desde Adaptatetu ya estamos produciendo nuestros propios acontecimientos. Y en los próximos años no descartamos un festival propio”. “Es una pena, pero la principal causa de que los acontecimientos culturales no estén adaptados son los requisitos mínimos que la administración exige. La accesibilidad y la inclusión no se resume en un baño y una rampa”. En este sentido, reclaman accesos igualitarios y de calidad, y que se conciencien tal como han hecho con la sostenibilidad. “Si la industria musical continúa pensando que la accesibilidad es un gasto, no llegaremos a nada”, concluye Seguí.
Satisfacción
A los fundadores de Adaptatetu les enorgullece la reacción de los usuarios cuando acceden a un macroconcierto. “Al principio no sabíamos cómo iban a reaccionar, si se iban a sentir cómodos, pero cuando estamos en un acontecimiento y llegan al recinto, parece que entran en un parque temático. Es, sinceramente, un orgullo”, explica Manuel Alejandro, productor de la entidad.
Adaptatetu reclama también un cambio de mentalidad y dejar de lado los prejuicios. “Contamos a la gente que cuando etiquetamos a alguien como ´discapacitado´ hacemos mucho daño porque automáticamente piensas que no puedes darle dos besos al saludar a un sordo, que no puedes ir de cañas con una persona tetrapléjica, que tienes que tener cuidado con lo que dices y cómo lo dices”, confiesan los miembros de la entidad.
Los fundadores de Adaptatetu reclaman un cambio de paradigma y “romper el contexto” como el principal motor de cambio para fomentar la accesibilidad y conseguir la integración real. “Cuando alguien comprende que tienen el mismo valor como personas, aunque sencillamente tengan otras necesidades, llegamos a la idealización de la inclusión. El miedo es la discapacidad más grande de todas”, concluye Alexander Seguí.