“En Sa Farinera pensamos que sería agradable el contraste de ir andando por el hormigón y de repente tener la sensación de haber entrado en un jardín”

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Uno de sus deseos seria pintar murales en un hospital. Dicen que las paredes “blancas y frías” de los centros hospitalarios están pidiendo color. Luz, nacida en Palma, y Daniel, de Valladolid e instalado en Mallorca hace diez años, admiten que el trabajo es duro y exigente. Ponen como ejemplo el mes que estuvieron encerrados en los baños de un pub de Palma  para pintarlos. Repasando su cuenta de Instagram, podemos hacernos una idea de la magnitud, variedad y belleza del trabajo de estos dos muralistas que han conseguido vivir de su pasión y transformar su entorno.

¿Desde cuándo formáis tándem artístico?

Empezamos a trabajar juntos hace tres años. Nuestro primer trabajo fue directamente un encargo. Hicimos un mural para un hotel en el Puerto de Sóller. No tenemos un único estilo, hacemos trabajos muy diferentes, pero si tuvieran que elegir,tal vez sería un estilo figurativo o realista.

¿Cómo es el proceso creativo, por ejemplo, del mural que habéis hecho a Sa Farinera?

Era o adaptarlo al entorno industrial o romper con ello. Cuando vemos los espacios a decorar surgen las ideas y les damos forma. Para el mural de Sa Farinera pensamos que podría ser agradable el contraste de ir andando por el hormigón y de repente, al bajar por el paso soterrado, tener la sensación de haber entrado en un jardín. Creemos que también es una bonita manera de reivindicar la importancia de la recuperación de los espacios verdes en las ciudades, así como la presencia de los insectos como pilares fundamentales de nuestros ecosistemas. Todas las plantas e insectos incluidos en el mural están presentes en la biodiversidad de Mallorca.

¿Cuánto tiempo invertisteis y cómo os organizáis?

La realización fueron tres semanas y media. La organización depende de cada trabajo pero normalmente hacemos todo de forma conjunta, tanto los esbozos a escala, como los presupuestos, la realización de los murales, publicitar los trabajos, etc.

¿Quiénes son vuestros referentes?

Nos encantan los trabajos de Joseba Muruzábal y su proyecto de convertir a las abuelas rurales en superheroínas a través del arte urbano.También los trabajos de Mona Caron y cómo sus hierbas se propagan por las ciudades tal como lo hacen en la realidad, pero en gran formato. De todos se aprende. Ojalá cada día seamos más. Todo se retroalimenta.

¿Cómo empezasteis a pintar murales?

Pintábamos las carrozas y a través de una decoradora nos encargaron pintar un mural a un hotel de Sóller y así salieron nuevos encargos. Un trabajo lleva a la otra.

¿Dónde os gustaría pintar?

Nos encantaría decorar hospitales, por dentro y por fuera. La mayoría están llenos de paredes blancas y frías. Apetece mucho darles color.

¿Cuál es el sitio más extraño en el que habéis pintado?

Fue extraño estar encerrados todo un mes de agosto decorando los baños del Novo Cafe Lisboa, pintando a oscuras, iluminados por un foco, aunque, por cierto, quedaron chulísimos.

¿Cómo os llegan los encargos?

Lo cierto es que un trabajo te lleva a otro. En este sentido, Instagram y Facebook es fantástico porque todo es visual y la gente que está buscando, te ve y ya te tiene en mente.

Si os dieran libertad para hacer un mural en Marratxí, ¿qué haríais?

Pintaríamos la fachada de Sa Farinera. El tema tendríamos que pensarlo.

¿Os marean mucho con los encargos o tenéis libertad creativa?

Nos suelen marear poco porque antes de diseñar filtramos mucho la información. Solemos acertar rápidamente dando forma a las ideas que tienen los clientes en la cabeza,

¿Cómo ha evolucionado la percepción del mural?

La Capilla Sixtina también se podría considerar un mural. O las pinturas rupestres. Siempre hemos estado rodeados de murales. A saber qué habría pasado si en la época de Miguel Ángel hubiera habido plataformas elevadoras y esprays.

¿Está viviendo el muralismo una época dorada?

Sí, sobre todo los de gran formato. Está de moda y la gente lo valora. Además, la pintura cambia mucho los edificios y después cuando no te interesa lo puedes volver a cambiar. El valor que tiene es que puedes modificar un espacio interviniendo solo una pared, sin tener que hacer grandes obras.

¿Cómo es el proceso de inspiración?

El proceso de inspiración básicamente es jugar y jugar con el espacio y la idea. Como si se tratara de un cubo de Rubik, hasta resolverlo. La dificultad de cada mural depende de muchas cosas: del diseño, de la pared, de la accesibilidad, de los medios que tengamos, la climatología. Cada mural es diferente.

¿Se puede vivir de pintar murales o está limitado en unos pocos?

Se puede. Los dos vivimos de ello.