CLUB BÀSQUET PLA DE NA TESA: 40 AÑOS DE HISTORIA FORJADOS CESTA A CESTA

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Por un lado, Bartomeu Munar, Daniel Guirao, Jaume Gelabert, Hilario Grande y Benigno Sánchez. Por otro, Javi Fernández, Tià Paredes, Nacho Ayala, Pablo Giménez y Andreu Giménez. Son, respectivamente, el primero y el último (hasta ahora) quintetos titulares del primer equipo del Club de Baloncesto Pla de na Tesa, una entidad que este año cumple 40 años, ya que Bartolomé Munar e Hilario Grande la fundaron la temporada 1979-80 . Ellos dos, junto con el actual presidente, Francisco García, han dado la revista para contar la intrahistoria de estas cuatro décadas.

A pesar de que 40 años son muchos, el club (que en un principio se llamaba Unión Deportiva Pla de na Tesa, al igual que el club de fútbol), solo ha tenido tres presidentes: los referidos Hilari Grande (de 1979 a 1983), Bartomeu Munar ( de 1983 hasta el 2007), y desde entonces Fran García.

«Hacia el año 1974, ya empecé a montar y jugar partidos amistosos, pero sin estar federados. Jugábamos con gente del Club Gaudium en la plaza de la Iglesia, donde había dos canastas, pero la pista no estaba marcada y era un simple pavimento, a menudo con charcos. Los primeros tiempos teníamos que retirar a menudo los coches que estaban estacionados para poder jugar. Jugábamos siempre los domingos a las 12 del mediodía, y al salir de misa muchos de padrinos se quedaban a ver los partidos. Yo venía de La Salle, donde había mucha tradición de baloncesto, y de pronto hice venir a jugar con nosotros Tomeu, que procedía del San José Obrero», comienza relatando Grande.

«Si recuerdas, Hilari -entra en conversación Munar- tú fuiste, de hecho, el primer presidente, porque una vez federados, a partir de la temporada 1979-80, la Federación necesitaba alguien que firmas las actas, y este fuiste tú… «. «Yo también recuerdo que el segundo año ya vimos competir en lo que hoy sería la primera autonómica. Un día fuimos a jugar en Ibiza, con cinco jugadores justos, y perdimos por uno: 52-51», rememora Grande.

La primera etapa del club fue de todo menos fácil. Precariedad e ilusión son palabras que servirían para definir aquellos inicios. «En la pista de la plaza de la Iglesia en un principio no había luz, contactamos con Gesa y nos instalaron dos postes de electricidad en cada extremo; tampoco había vestuarios, y los equipos rivales se tenían que volver a su casa a ducharse después de los partidos. Este hecho nos costó alguna advertencia por parte de los árbitros, que amenazaban con multarnos «, relata Grande. «Por otra parte, no teníamos indumentaria para entrenar -cuenta Munar-, sino que todo el mundo iba vestido a su manera. Parecíamos el ejército de Pancho Villa».

El primer chándal llegó gracias a una gestión de Hilario Grande para conseguir tener uniformidad en esta pieza tan necesaria para la práctica deportiva. Así, todos los jugadores llevaban la inscripción Recambios Cardona-amortiguador Monroe.

Traslado a la pista del colegio Janer Manila

En 1983, el club vivió un doble cambio. Por un lado, Grande dejó la presidencia para cederla a Munar, mientras que él quedó como vicepresidente. Por otra parte, el Ayuntamiento permitió que el club pudiera entrenar y jugar en la pista del colegio público Janer Manila. «Ya era un paso adelante, pero también es cierto que no había canastas, que tuve que encargar directamente con el herrero, al que le tuve que pasar las medidas exactas», explica Munar.

En ese momento, lo que únicamente era un solo equipo se multiplicó y se fueron formando nuevos, incluso, a mediados de los ochenta, el primer equipo femenino del club. En este sentido, Grande afirma que «en honor a la verdad, debemos decir que hubo reticencias incluso los padres de las niñas, que creían que ellas no debían hacer deporte, sino otro tipo de actividad». El caso, sin embargo, es que el club iba creciendo.

Otro punto de inflexión llegó con el mayor compromiso de los padres a acompañar a los jugadores en los desplazamiento. «Los primeros años, nos las teníamos que ingeniar cómo podíamos para llevar todo el equipo hasta tal o cual parte», coinciden Munar y Grande. Importante también fue la creación de la guardería en el club, en la segunda mitad de los ochenta. «Queríamos tener una buena base de jugadores, que se fueran formando y subiendo de categoría. Esta era nuestra filosofía», explican ambos. «Yo recuerdo haber ido al Blanquerna a hablar con los niños para reclutar jugadores», dice Munar. En esta tarea formativa, destacó la figura de Guillem Massot.

La construcción de la pista exterior y del pabellón, metas para el club

El club vivía un ascenso imparable social y deportivamente, por lo que las instalaciones del Janer Manila, igual que antes había pasado con la plaza de la Iglesia, se hacían pequeñas. Así las cosas, los dirigentes del club supieron presionar (o convencer) del Ayuntamiento, con el alcalde Martí Serra al frente, de la necesidad de la construcción de una nueva pista. Y, efectivamente, el consistorio construyó, a principios de los noventa, dos pistas exteriores cerca de donde se construiría años después el pabellón, en Sa Tanca.

Aquel hecho multiplicó notablemente las facilidades de los distintos equipos del club para entrenar y para competir. «Tenemos que pensar que llegamos a tener una veintena de equipos. Después de trabajar por las mañanas, yo a veces empezaba a entrenar a las cuatro o cuatro y media y hasta las once no llegaba a casa», recuerda Munar.

Y ya el súmum para el club fue la inauguración, justo al lado de las dos pistas exteriores, del nuevo pabellón, para uso exclusivo. Este hito llegó en diciembre del año 2000. «El hecho de tener pabellón para nuestros equipos hizo que nos convirtieramos en la envidia de todos los clubes de baloncesto de la isla», dice Munar.

Con muchas logros y después de toda una vida dedicada a la promoción del baloncesto en Pla de na Tesa, en 2007 el tándem Munar-Grande decidió dar un paso al lado y ceder el relevo al frente del club, relieve que tomaron Francisco García, que había también había jugado al baloncesto y era miembro de la Junta, y Jaume Illana.

Bajo su mandato, en 2014, el primer equipo del club consiguió el ascenso a la categoría LEB Plata. Mucho más recientemente, en la temporada 2018-2019, el Club BàsquetPla de na Tesa se hizo con el campeonato en la máxima categoría balear, al derrotar al equipo menorquín de Es Castell, en Ibiza. Posteriormente, como campeón de las Islas Baleares, el equipo disputó la fase de ascenso a la liga EBA, pero se quedó a las puertas al perder contra el representante de Aragón.

Pero más allá de los éxitos deportivos (que han existido), desde la Presidencia del club se considera como tanto o más importante «la formación en valores que hemos dado a los niños y niñas del club. Tenemos que pensar que, en algunos casos, uno puede empezar a jugar en el club con tres años y se retira con la treintena ya hecha. A lo largo de todo el tiempo con nosotros, practicando baloncesto, esta persona observará valores como el compañerismo, el respeto a los compañeros, los adversarios y los árbitros. Y, por si fuera poco, habrá sido alejado de todos los peligros que tiene muy cerca a día de hoy nuestra juventud, y hablo (no hace falta decirlo) de drogas, alcohol, etc.».

A día de hoy, el club trabaja para terminar de configurar los distintos equipos del club que competirán la temporada 2019-20: serán unos 14 o 15, para un total de 150 jugadores (200 personas si añadimos los técnicos y demás personal de la entidad). «Nuestros mejores jugadores suelen acabar en las filas de otros clubes con más posibilidades que nosotros, pero lo que nadie nos saca es que, además de formar jugadores, formamos personas».

Este mismo verano, el club ha organizado por primera vez un clínic, con la participación de unos 50 jugadores y que tuvo como invitados estrella los ex entrenadores del FC Barcelona, ​​Xavi Pascual y Sito Alonso.

«Para un club como el nuestro, el hecho de cumplir 40 años es un orgullo. De hecho, debemos decir que no hay muchos clubes de baloncesto con una trayectoria tan larga: el Hispania, el Sóller y no sé si alguno más. Por lo tanto, entiendo que también para Marratxí es importante tener un club como el nuestro, que ha formado tantos niños y niñas no solo del municipio sino también de Palma, porque quiero recordar que históricamente nosotros hemos tenido muchos de jugadores provenientes de Son Ferriol. Modestamente, considero que hoy el Club Bàsquet Pla de na Tesa es una referencia clara en el baloncesto de Mallorca», relata el actual presidente, Fran García, que a finales de año se presentará a la reelección.

Por otra parte, García expresa su «satisfacción» por el hecho de que, finalmente, será una realidad la cobertura como también lo será la cobertura de la pista más cercana al pabellón. «Finalmente, será una feliz realidad para nosotros».

EL CLUB, EN EL LIBRO GUINNESS DE LOS RÉCORDS

Los días 26 y 27 de junio de 1993, el club batió un récord mundial con la celebración del partido de baloncesto más largo de la historia nunca celebrado hasta entonces. Bajo el mandato de Munar y Grande, y con la promoción de dos jóvenes apasionados del baloncesto (Guillem Massot y Ángel Molinero), la pista del Janer Manila fue escenario de este partido histórico, con una duración de 26 horas, 12 minutos y 41 segundos. Fue entre dos equipos de 12 jugadores (Pla de na Tesa Syp y Pla de na Tesa Autoescuela Kalet), entre los que había alguno muy destacado del baloncesto mallorquín. Como es obvio, no faltaron ni ambulancias ni médicos para atender cualquier eventualidad. El resultado fue 2.677-2.516. La hazaña entró en el Libro Guinness de los Récords. Años más tarde, en 2004, se celebró otro partido de estas características, también el mes de junio, con más de 30 horas de partido ininterrumpido, pero en aquella ocasión no sirvió para entrar en el Guinness.