No son pocos los que, por desconocimiento o desinterés, piensan que Marratxí forma parte de la capital. Ciertamente, caer en la confusión no es difícil y, de hecho, durante la década de 1940 el Ayuntamiento de Palma promovió hasta dos veces la agregación total o parcial de Marratxí a su término.
La fusión de municipios era un proceso previsto por las leyes de régimen local. Se recomendaba cuando había núcleos pertenecientes a municipios diferentes que compartían servicios o se daban importantes relaciones comunes. En el caso de Palma existía el precedente de Establiments, municipio independiente hasta que en 1910 fue incorporado a la capital.
Desde finales del siglo XIX la relación de Palma con Marratxí se había intensificado, principalmente en el entorno de Es Pont d’Inca. En este núcleo se instalaron empresas que buscaban terrenos próximos a la red ferroviaria pero a coste inferior que en el término de la capital. La llegada y el desarrollo de industrias contribuyó al crecimiento de la zona.
En 1941 el Ayuntamiento de Palma solicitó formalmente al Estado la segregación de una porción de Marratxí, que incluía Es Pont d’Inca, Es Pla de na Tesa y Son Nebot, y su agregación al término de la capital. Además, aportaba una serie de argumentos para justificar la propuesta: la continuidad urbana entre Palma y estos núcleos, la «identidad de costumbres entre los habitantes», las inversiones realizadas por el Ayuntamiento de la capital (pozos de EMAYA, tranvía y aeropuerto de Son Bonet), que la Falange de Es Pont d’Inca dependía de la jefatura de la capital y la forma de Marratxí, que se adentra en Palma.
Tanto el Ayuntamiento de Marratxí como la Diputación Provincial se opusieron a la iniciativa y, finalmente, el 19 de noviembre de 1943 el Ministerio de Gobernación informaba del rechazo a la propuesta. La razón fue que, además de la negativa de la parte afectada, la argumentación palmesana era incierta o insuficiente para ejecutar la agregación: existían amplias áreas rústicas entre Palma y Marratxí; los marratxiners se dedicaban de forma mayoritaria a las actividades agrarias, a diferencia de los habitantes de la ciudad; ninguno de los gastos suplía las funciones del Ayuntamiento de Marratxí, condición prevista para la absorción; el alcalde de Marratxí era jefe local de los falangistas de Es Pont d’Inca, de forma que no dependían de Palma, y un elemento natural como el torrent Gros era lo que delimitaba ambos municipios. Además, Marratxí aportaba una idea adicional: “de segregarse de su término municipal dicha porción, mermaría considerablemente sus ingresos económicos, por afectar a la zona más industrial y por ello mas (sic) contributiva del Presupuesto Municipal”.
Esta alegación es importante para comprender el segundo intento palmesano de anexión. El 21 de febrero de 1945 el Ayuntamiento de Palma aprobó en sesión plenaria la recuperación del proyecto, pero ahora solicitó la absorción total del término de Marratxí. Según el alcalde de Palma, «actualmente, según noticias, han variado los motivos o razón que motivaron la oposición Hecho a la agregación».
Los informes que pidieron a las autoridades a diversas entidades de Marratxí parecían indicar este giro, ya que 15 de 23 se mostraron favorables a la absorción explicando que el municipio no existía ningún tipo de unidad y que eran frecuentes las disputas entre los vecinos de los diferentes núcleos, las que llegaban hasta el Ayuntamiento. De los otros 8 sólo uno oponía de forma clara a la fusión, pero aún así reconocía elementos positivos.
El 5 de abril de 1945 la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Marratxí se reunió en sesión extraordinaria para debatir la unión con Palma. Al igual que en 1941, la propuesta fue rechazada. Entonces, ¿por qué se afirmaba en Palma que la situación había cambiado? ¿Y de dónde venían todas estas voces favorable a la agregación?
Los más interesados en convertirse en palmesanos procedían de Es Pont d’Inca. En aquellos momentos tenía que construir una nueva casa consistorial y se decidió que continuara en Sa Cabaneta frente a la propuesta de hacerla en el Pont d’Inca, el núcleo con mayor población, el más dinámico y el que más contribuía a las arcas municipales. Por tanto, el descontento pontdinquer y la división generada entre las localidades de Marratxí daban lugar a un escenario más favorable para una eventual agregación en Palma.
La negativa del Ayuntamiento frenó el proyecto y tampoco esta vez la solicitud fue aprobada. Paralelamente, se debe tener presente que con posterioridad a estos hechos Es Pont d’Inca se convirtió en el único núcleo de Marratxí en contar con una tenencia de alcaldía. ¿Una compensación para garantizar la independencia municipal?
Después de 1945 no se registraron nuevas iniciativas de la capital para absorber Marratxí en su territorio, pero como curiosidad durante el mismo decenio en Santa María se planteó pedir la agregación de Pòrtol.
Martín Rotger. Historiador