Desde hace un año y medio, la plaza de la Reina de Palma presenta una nueva imagen, como resultado del revestimiento con azulejos que se hizo de la fuente y de la iluminación con lámparas LED. Sobre el proyecto original del arquitecto municipal de Palma Federico Climent (fallecido prematuramente en 2016) y que en los años ochenta había vivido en Pòrtol, el ceramista marratxiner Joan Pere Català Roig fue el encargado de materializar la obra.
Català Roig comenzó a hacer trabajo a principios del año 2015. Le pasaron los planos, en los que se determinaba la estructura de la composición y el número, el tamaño y el color de las baldosas. «Tienen forma romboidal, pero no regular; los colores que figuraban en el proyecto los cambiamos por el azul intenso (para evocar al mar), el marrón ocre y el blanco crudo. También hice pruebas para calcular con exactitud el porcentaje de reducción total de las piezas, que en este caso se acercaba al 10%. Creé unos moldes (primero de cartón-pluma y luego de hierro) para hacer hasta siete tipos distintos de azulejos, en total debían ser 1.400. Y, por la forma que tienen, tenían que encajar milimétricamente. La verdad es que a mí, que me gustan las matemáticas, me encantó trabajar en este proyecto, basado en la precisión y el método. Ya firmaría que cada año en pudiera tener uno similar entre manos».
Joan Pere Català Roig tuvo tres meses de trabajo intenso en la elaboración de las baldosas, para las que usó 2.500 kilos de barro, cocido a una temperatura de entre 1.280 y 1.300 grados para vitrificar y cerrarlas los poros de las piezas, con lo cual la humedad incide en mucha menor medida que si se hubieran puesto en el horno a 1.000 grados, que suele ser lo habitual. Para fabricar todas las baldosas, Català alquiló el local Sa Teulera, de Toni Vich.
También los colores comportaron todo un proceso: del blanco, gris y dorado originales del proyecto se pasó al azul, al marrón-ocre y al blanco crudo. «Hice una gama de hasta 100 tonalidades, colores que compuse yo mismo con mezcla con minerales y tres capas de esmalte», comenta.
Finalmente, los operarios (con las piezas transportadas cuidadosamente desde el taller y hasta la plaza de la Reina) las colocaron a principios del año pasado. Una vez instalada la referida iluminación LED, se hizo la inauguración oficial, hace un año, con el recuerdo a Federico Climent presente en todo momento y el trabajo de Joan Pere Català que ya luce para la posteridad…