Las trabajadoras familiares de Servicios Sociales son las profesionales especializadas en el cuidado de personas con necesidades específicas, a las que acompañan en aquellas actividades básicas de la vida diaria que por sí mismas no pueden hacer, además de llevar a cabo actividades de carácter preventivo, educativo, asistencial y socializador.
El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) es un conjunto organizado y coordinado de acciones que se realizan en la casa de la persona usuaria a través de la intervención directa de la trabajadora familiar, para ofrecer una atención integral e individualizada a personas y unidades de convivencia con dificultades (físicas, psíquicas o sociales) para llevar una vida lo más normalizada posible y poder desarrollarse dentro de su medio cotidiano. «Es un servicio de proximidad y en continuo crecimiento que permite que las personas que tienen dificultades para valerse por sí mismas puedan mejorar su calidad de vida y continuar dentro de su entorno habitual», explica la coordinadora del SAD, Margalida Batle.
Este servicio va dirigido a personas residentes en el municipio, con falta de autonomía personal o en situación de dependencia acreditada y no acreditada, pero que, por las circunstancias personales, lo pueden requerir. Igualmente, pueden acceder al mismo las personas en situación de riesgo social, maltrato o abandono, así como también aquellas personas o unidades de convivencia con dificultades de adaptación social. Batle comenta que «con el SAD se pretende responder a las necesidades de atención y apoyo de las personas destinatarias, ya sea de forma continuada (alargando el tiempo de estancia en el domicilio) u ofreciendo apoyo en momentos críticos o puntuales, además de promover la autonomía de las personas dependientes y poder detectar posibles situaciones de riesgo».
Los servicios se enmarcan en el ámbito de la atención personal (higiene y cuidado, apoyo al seguimiento médico y toma de medicación, movilizaciones, acompañamiento fuera del domicilio o apoyo emocional…) y en el ámbito de aprendizaje de hábitos (mantenimiento de la vivienda, socialización, tareas de atención y cuidado a menores, seguimiento escolar, pautas de higiene…). El SAD también puede incluir actuaciones de carácter doméstico dirigidas fundamentalmente al cuidado de la vivienda como apoyo a la autonomía personal y unidad de convivencia.
Las ventajas del SAD para las personas usuarias son variadas: atención personalizada, seguimiento constante, mantenimiento y mejora del estado emocional y cognitivo, conservación de la autonomía, favorecimiento del desarrollo de capacidades personales, hábitos de vida, prevención de la institucionalización innecesaria y respeto a los deseos de las personas mayores de permanecer en su casa. Batle subraya que el SAD también supone una ayuda importante para la persona cuidadora principal (normalmente, familiares de la persona dependiente), que hay que tener presente, ya que habitualmente soporta una carga de estrés muy relevante.
Entre los servicios y prestaciones que también conforman el SAD, el Ayuntamiento tiene en funcionamiento el Servicio de Teleasistencia y el Servicio de Comida a Domicilio gestionado a través de Cruz Roja.
Las nueve trabajadoras familiares del Ayuntamiento trabajan como un equipo, y como tal comentan de manera conjunta que «nos sentimos muy recompensadas porque la gente de Marratxí es muy agradecida con nuestro trabajo».
LAS CIFRAS DE LAS TRABAJADORAS FAMILIARES
Número de trabajadoras: 9
Personas atendidas mensualmente en 2018: 65-70 usuarios.
Personas con servicios de acompañamiento para gestiones fuera de casa: 8 usuarios.
Usuarios actuales con Servicio de Comida a Domicilio: 19
Usuarios actuales con Servicio de Teleasistencia: 155
Teléfono para solicitar información sobre el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), Servicio de Teleasistencia y Servicio de Comedor: 971 79 42 79