Servicios Sociales a domicilio

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El área de Servicios Sociales continúa prestando todos los servicios a la ciudadanía desde la aprobación del decreto de estado de alarma para evitar el contagio del COVID-19, a excepción de los dos Centros de Día (Brot de Gínjol en Ses Cases Noves y Ca Ses Monges en Pòrtol), que permanecen cerrados desde el día 16.


Así, se mantiene en funcionamiento el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), que atiende a unas 50 personas en distintos núcleos del domicilio, a través de nueve trabajadoras familiares y una trabajadora social. La función primordial de estas profesionales es ayudar en la limpieza personal de las personas necesitadas, que mayormente son de edad avanzada.


Igualmente, continúa totalmente operativo el servicio de teleasistencia, por el que las personas que están inscritas en el mismo (156) reciben la ayuda rápido de técnicas del departamento ante situaciones sobrevenidas, tales como caídas u otros.

El departamento también viene llevando a cabo en los últimos días un servicio de compra de alimentos para aquellas personas dependientes que no pueden valerse por sí mismas y que piden ayuda en este sentido.

La forma de atención del área de Servicios Sociales a las consultas de la ciudadanía sí ha variado notablemente con el estado de alarma, ya que desde el lunes 16 de marzo el servicio que se presta a la ciudadanía se tramita telefónicamente (971 79 42 79). Solo hay atención personalizada en el caso de entrega de cheques para compras en la farmacia, por adquisición de alimentos y también para recibir las bolsas que prepara el Casal Solidari.


Desde la entrada en vigor del estado de alarma, en Servicios Sociales han constatado aumento de peticiones (sobre todo de ayuda al pago del alquiler) de dos colectivos. Por un lado, profesionales autónomos que ahora se han quedado sin trabajo, y aquí se incluyen esencialmente aquellos profesionales que se dedican a vender en los mercados itinerantes. Por otro, son personas que estaban a punto de incorporarse a empresas hoteleras o de restauración con el inicio de la temporada turística y que no son fijos discontinuos. Estas personas presentan a Servicios Sociales una declaración jurada donde dan fe de su situación de necesidad.