La Conselleria de Salud del Govern balear ha informado de que ya es obligatorio el uso de la mascarilla en espacios cerrados y abiertos, aunque se pueda mantener la distancia de seguridad, con excepciones como en playas y piscinas, para la práctica de deporte, para consumir bebidas y alimentos o tocar instrumentos de viento.
En una rueda de prensa, la asesora técnica para el desconfinamiento, Marga Frontera, ha señalado que «son medidas que permiten seguir recuperando actividades que habíamos tenido que dejar de hacer y a la vez hacerlo en las máximas condiciones de seguridad posible».
Entre otras medidas, la resolución establece el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública y en los edificios de uso público o los servicios de atención al público. Se exceptúan no obstante, piscinas, playas y establecimientos de restauración en el momento de comer o beber. También se prohíben las shishas y pipas de agua «por el elevado riesgo de contagio para los usuarios».
Según ha explicado Frontera, la sanción por no llevar la mascarilla será de 100 euros.
Asimismo, se fija la limitación de aforo en las reuniones sociales y familiares que será de un máximo de 70 personas en el exterior y de 30 en el interior.
En cuanto a bodas y otros acontecimientos sociales oficiales, religiosos o civiles, los aforos pueden llegar a 250 personas fuera y 150 dentro. En caso de que se produzca una ceremonia religiosa o civil, ya sea en interior o exterior, la mascarilla será obligatoria para todos los asistentes a pesar de que se pueda mantener la distancia de seguridad.
Durante la celebración, el uso de la mascarilla será obligatorio si no se puede garantizar la distancia de seguridad, salvo en el momento del consumo de bebidas y alimentos.
Por otra parte, en una casa privada no es obligatoria llevarla todo el tiempo, pero sí sino se puede mantener la distancia de seguridad de dos metros.
Respecto al uso de la mascarilla en el lugar de trabajo será dependiendo del tipo de establecimiento donde se desarrolla la actividad.