La nueva vida de la antigua Pepsi de Marratxí

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La nueva sede de la Escuela Música de Marratxí en la antigua fábrica de Pepsi inaugurará después del verano. Las obras de adecuación comenzarán en el mes de marzo y se prolongarán durante cinco meses. La Escuela de Música, que se ubicará en el primer piso de las antiguas oficinas de Pepsi, disfrutará de un espacio de 209 metros cuadrados que contará con un total de siete aulas, además de una sala de profesores, un despacho y un almacén. En la planta baja se instalará la sede de la Banda Municipal de Música Marratxí, que ocupará un espacio para ensayos de 135 metros cuadrados. Estas obras se financiarán gracias a una subvención del Consell de Mallorca.

Comienza así a tomar forma el deseo de Pepsi, que en marzo de 2019 anunció la donación del espacio y edificio en el que se ubicaba su antigua planta de bebidas del Pont d’Inca con la condición de que se destinen a iniciativas educativas, recreativas o socioculturales en beneficio de la comunidad de Marratxí. Una superficie total de 2.623 metros cuadrados.

La planta, que elaboraba bebidas refrescantes de las marcas Pepsi, PepsiMax, 7Up y Kas, operó entre 1963 y 2018 para suministrar al mercado balear. Cesó su actividad en enero de 2018 debido a la infrautilización de la planta y de su capacidad, además de determinadas limitaciones técnicas y operativas por sus dimensiones, antigüedad y ubicación en el centro urbano de la población.

El vínculo de Pepsi con Marratxí arrancó en 1990, cuando PepsiCo adquirió la planta que la empresa de refrescos vasca Kas tenía en Marratxí desde el año 1963. «Han sido 55 años de actividad de la planta en que nos hemos sentido un miembro más de la comunidad de Marratxí. Estamos contentos de que las instalaciones puedan volver a abrir las puertas para acoger iniciativas en beneficio de la comunidad «, destacó en el momento de la donación Marta Puyuelo, directora de Relaciones institucionales de PepsiCo.

El Ayuntamiento de Marratxí valora la donación de Pepsi porque es una gran oportunidad para mejorar los equipamientos socioculturales del municipio. Además, el Consistorio considera que el enclave de estas instalaciones, situadas en el centro del núcleo del Pont d’Inca, en la calle San Llatzet, es inmejorable, ya que se encuentra en un punto de máxima concentración poblacional.

El Ayuntamiento quiere impulsar los proyectos socioculturales tanto en la antigua Pepsi como en la Refinadora con los fondos procedentes del remanente de tesorería del Consistorio, que es de 37 millones de euros. Un dinero que hasta ahora no han podido gastar los entes locales debido a la llamada regla de gasto que les impedía utilizar el superávit presupuestario en cuestiones que no fueran la amortización de deuda o en depósitos bancarios.

Recientemente el Ministerio de Hacienda ha permitido a los ayuntamientos que tengan remanentes utilizar estos fondos sin límite en 2020 y 2021 para combatir la emergencia sanitaria y económica provocada por la pandemia, gracias a la autorización de la Comisión Europea a suspender las reglas de estabilidad presupuestaria.

Además de la Escuela de Música y del nuevo espacio para la Banda de Música, el Consistorio ha comenzado con la redacción del proyecto para retirar el techo de uralita que cubre una parte de las instalaciones de Pepsi, lejos de donde se ubicarán la Escuela de música y la Banda municipal. En total se tienen que retirar 1.446 metros cuadrados de uralita. Una tarea que está prevista que comience en el mes de septiembre.

De esta forma la Pepsi de Marratxí, que durante 65 años formó parte importante del pasado industrial de Marratxí, se reconvierte en un espacio cultural dedicado a la música y a las artes. Lejos quedan los años de entrar y salir de grandes camiones cargados de refrescos para repartir por toda la isla. Primero se instaló como Mallorquina de Bebidas Carbónicas S.A. hasta que a finales de los 90 Pepsi compró la empresa. También queda atrás el gran ruido de la actividad industrial de la planta que estaba operativa desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche y que durante muchos años creó muchos de puestos de trabajo y riqueza en el municipio.

Joan Bestard, director administrativo de KAS de Es Pont d’Inca desde 1970 hasta 1990, cuando la compró Pepsi, da la bienvenida a la reconversión de la antigua fábrica en un espacio cultural porque es una forma de compensar a los vecinos de la zona que durante décadas sufrieron los inconvenientes de tener una planta industrial junto a su casa. «El Pont d’Inca ha sido una zona que ha sido muy molestada porque en la fábrica se trabajaba desde las 6 de la mañana a las 12 de la noche y se hacía mucho ruido. Los camiones entraban y salían durante todo el día y las cajas se cargaban y descargaban a mano de froma muy ruidosa. Los vecinos no protestaban porque muchos de ellos trabajaban en la empresa que llegó a emplear a 250 personas «.

Bestard aventura que al igual que la llegada de KAS en Marratxí fue como una revolución para el pueblo por la riqueza y puestos de trabajo que creó el municipio, ahora los vecinos disfrutarán de un renacimiento cultural en este espacio. Bestard destaca el gran cambio que experimentarán los vecinos de la zona, que pasarán de convivir con una planta industrial a tener al lado un espacio cultural de gran tamaño, «lo cual es un hecho extraordinario para el Pont d’Inca y una ventaja para sus vecinos que lo tendrán al lado de casa».


El 15 de marzo de 2018 supuso el final de la historia de Pepsi en Marratxí. Se cerró la planta y los 26 trabajadores que quedaban llegaron a un acuerdo con la empresa. Ahora comienza una segunda vida en la antigua fábrica de Pepsi. Después del verano, las antiguas instalaciones industriales cobrarán una nueva vida reconvertidas en un espacio cultural para todos los marratxiners, donde el antiguo ruido industrial será sustiuido por la música de la Escuela de Música de Marratxí y de la Banda Municipal.