Tempus est amicus meus. Esta expresión latina explicita uno de los elementos clave para entender la paciente la elaboración de licores. Es una inscripción que figura en la puerta de entrada a las bodegas de la empresa de Pont d’Inca Bodegas Suau, cuyo origen data de 1851 y se debe localizar en Cuba.
Hablamos de un Edificio Catalogado, diseñado hacia 1800 por Eusebio Estada y que ha sido, a lo largo del tiempo, fábrica de electricidad, de harina (la chimenea, que aún permanece levantada, da fe de ello), bodega de vino y, finalmente, como la conocemos actualmente, como sede de Bodegas Suau. Del mismo modo, también ha habido cambios en la propiedad de la compañía: Juan Suau fue su fundador; la familia Mora adquirió la empresa en los años cuarenta del siglo pasado y, finalmente, Damià Barceló compró la mayor parte de las acciones en 1989. Su hija, Juana Ana Barceló, y su nieto, David Álvarez, le han tomado el relevo hasta nuestros días.
Por el camino, 167 años de historia, porque, en efecto, Juan Suau fundó la empresa en 1851. Suau era capitán de la marina mercante española y comerciante, y a bordo de su barco, «El Mallorquín», se fue a Cuba, donde comenzó a destilar licores típicos del Caribe. Después, volvería a Mallorca para casarse y quedarse… Poco a poco, fue llegando la especialización en brandy, hierbas y gin… El caso es que la empresa se fue consolidando, no sin dificultades (lógicas a lo largo de tantas décadas) y ha hecho de su brandy el producto de referencia en el último medio siglo.
Así, como explica el actual director comercial, David Álvarez, «hoy exportamos nuestro brandy a 25 países, siendo los más importantes China, Estados Unidos y Alemania. En el caso de Mallorca, vendemos de acuerdo con la demanda de los clientes «. El producto estrella es el Brandi Suau 15.
La apuesta por la calidad es una de las claves en la elaboración del licor en Bodegas Suau. «Intentamos hacerlo como se ha hecho siempre, y dicen que en este sentido nos parecemos mucho a los brandies de Cognac» (en referencia a la región francesa de este nombre) «, afirma Álvarez. Los ingredientes son el alcohol (que llega desde Castilla-La Mancha, ya que por estar dentro del casco urbano y al ser Edificio Catalogado, en las dependencias de Pont d’Inca no se puede producir originalmente), agua, azúcar y caramelo… La fórmula concreta es, obviamente, secreta, pero sí que los responsables actuales de la empresa indican que la cantidad de agua es menor a la utilizada por otras empresas del sector, lo que mantiene más el sabor auténtico del brandy. Esto y el tiempo de reposo dentro de la bota, siempre de roble.
Otro apunte que se hace (como leyenda urbana, que puede tener o no dosis de realidad) es en el sentido de que la proximidad del tren a la fábrica, con las consiguientes vibraciones, ayudaría a mejorar la calidad del licor de las botas de Bodegas Suau.
CELEBRACIONES IMPORTANTES
En 1992 hubo en la sede de Bodegas Suau una gran fiesta. Por un lado, se conmemoraba el quinto centenario del «descubrimiento» de América; por otra, el propietario, Damià Barceló, es un gran enamorado del continente americano. La combinación era perfecta para organizar un gran evento, donde fueron invitados los embajadores de todos los países americanos. Se etiquetó una bota con la bandera de cada uno de estos países. Hoy todavía se pueden visitar. Están en la llamada Capilla de las Américas.
Posteriormente, en 2001, con motivo de los 150 años de la empresa, también hubo una gran celebración para conmemorar la efeméride.