Botijos de barro solidarios

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La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) desarrolla el proyecto ‘Cultivando Salud’ para fomentar hábitos de vida saludable como la alimentación equilibrada y sana y tratar de mejorar el bienestar emocional de los participantes a través de la agricultura, a la vez que adquieren conocimientos que favorecen el medioambiente. En el marco de este proyecto han puesto en marcha una prueba piloto con botijos de agua en la que ha colaborado el Museu del Fang y la Escuela de Cerámica de Marratxí.

Se trata de una técnica de permacultura como sistema de riego sostenible que permite continuar mejorando el suelo, ubicado en el polígono Asima, y reducir el consumo de agua. Esta técnica milenaria ha sido empleada en zonas desérticas y áreas muy secas. Consiste en soterrar pequeños botijos de agua fabricados con una arcilla muy porosa para que funcionen como aljbes y gracias a la exudación de agua a través de los poros hidratan la zona próxima a la plantación, de tal forma que no es necesario regarlas mediante el riego automático.

Antoni Vich, responsable del Museu del Fang, explica que los técnicos del huerto del polígono de Son Castelló de AECC les explicaron el proyecto y lo encontraron interesante, especialmente porque se trataba de echar una mano a la AECC y a unas personas que se están recuperando de una enfermedad. “Hemos hecho unas siete piezas siguiendo sus instrucciones de forma y tamaño, que tienen una capacidad de unos tres cuartos de litro y por lo que nos cuentan está yendo bastante bien y están aportando la humedad que ellos querían”.

Con este sistema de riego se consigue tener una humedad estable y constante, lo que permite conservar la frescura, a pesar de que no es un sistema que aporte el cien por cien del riego, pero sí que es una ayuda importante, con la ventaja que si se deja de regar un día, las plantas no se secan como sí ocurre en verano con el riego tradicional.

Actualmente, están realizando esta prueba piloto con dos balas de paja tumbadas y cuatro pequeñas jarras sepultadas para comprobar la eficacia del proyecto, así las hortalizas plantadas entran en contacto con la tierra hidratada sin necesidad de un riego adicional.

La Junta Provincial de las Islas Baleares de la Asociación Española contra el Cáncer ha expresado su agradecimiento al Museu del Fang y a Antoni Vich por la ayuda prestada a este huerto de la Fundación Asima, que es un espacio para aprender a cultivar, cuidar y aprovechar los productos que se recolectan. Esta actividad promueve, además, una alimentación adecuada en un ambiente saludable y en la cual participan pacientes oncológicos y voluntarios. Una colaboración con el Museu del Fang que les ha permitido recuperar una técnica de riego milenaria gracias a una prueba piloto que ha consistido en instalar dos balas de paja y cuatro botijos de barro enterrados. Una prueba que de momento funciona según demuestran las fotografías que periódicamente recibe Antoni Vich sobre la evolución de los cultivos.