EL CORONAVIRUS, UNA AMENAZA GLOBAL

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Es mediodía del viernes 6 de marzo. La carpa principal se está terminando de vestir; las distintas paradas de los feriantes viven los últimos retoques… Todo se prepara para la inauguración de la ‘Fira del Fang’, programada para el mediodía del día siguiente, sábado. En estas, una feriante venida de la Part Forana se acerca a uno de los responsables de la misma Feria y le pregunta: «¿Seguro que todo esto del coronavirus no hará que este año venga menos gente que otras veces?». La persona interpelada contesta: «No, mujer, puedes estar tranquila».

Aquella pregunta (formulada apenas hace un mes, aunque parece que fuera hace una eternidad) con la correspondiente respuesta nos sirve para contextualizar y poner en su lugar lo que era la supuesta amenaza del coronavirus en nuestra realidad cotidiana hace 30 días y lo que, tristemente, es hoy: una pandemia que ha causado (y sigue haciéndolo) miles y miles de muertes en todo el mundo y que amenaza la estabilidad y la manera de vivir tal como la conocemos.

Para encontrar una situación con cierto paralelismo hay que remontarse un siglo atrás, con la gripe española de 1918, objeto de tratamiento específico en la sección de ‘Memoria’ de esta edición, con un trabajo del joven historiador local Martín Rotger.

Algunos dirigentes, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hablan de una guerra. Otros sostienen que el capitalismo se tambalea. Sea como sea, si una palabra está ahora presente en todos los idiomas del planeta, en cualquier parte del mundo, esta es coronavirus. Hablamos, en todo caso, de un enemigo letal, invisible y desconocido hasta diciembre de 2019, cuando se empezó a manifestar en China.

Para situarnos y conocer nuestro mayúsculo y despiadado enemigo, podemos intentar hacer del mismo un breve retrato robot, respondiendo preguntas concretas: ¿Qué es el coronavirus? ¿Cómo se transmite? ¿Cuáles son los síntomas más comunes? ¿Cuáles los colectivos más vulnerables?

Los coronavirus son un tipo de virus que circulan entre los animales, pero algunos también pueden afectar a las personas y pueden causarles problemas respiratorios, que mayoritariamente producen sintomatología leve. El nuevo coronavirus, llamado SARS-CoV-2, se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China, y se ha ido extendiendo a otros países.

En cuanto a la transmisión, esta se produce principalmente por el contacto directo con las secreciones respiratorias de una persona enferma, por ejemplo, a través de la tos o el estornudo. Estas secreciones pueden infectar a otra persona si entran en contacto con la nariz, ojos o boca. Por ello, es importante taparse la boca con pañuelos desechables o con la parte anterior del codo al toser y lavarse las manos. Según los datos más recientes, los síntomas de la COVID-19 pueden tardar entre uno y 14 días en aparecer, aunque normalmente tardan entre cinco y seis días.

¿Cuál es la sintomatología? En el 80% de las personas infectadas, los síntomas más comunes de la COVID-19 incluyen fiebre, tos o sensación de dificultad para respirar. En casos más graves, la infección puede causar neumonía, fracaso renal y otras complicaciones. Estos casos más graves generalmente afectan a personas de edad avanzada o personas que sufren algún trastorno crónico, como enfermedades cardiovasculares, pulmonares o alteración de la inmunidad.

Por otra parte, las características del coronavirus hacen que los grupos de mayor riesgo sean las personas de edad avanzada, las personas con enfermedades crónicas, como los trastornos cardiovasculares, pulmonares, cáncer, inmunodeficiencias, hipertensión arterial, diabetes y el embarazo por el principio de precaución.

LA EVOLUCIÓN DE LA CRISIS A MARRATXÍ

El día 9 de febrero, Marratxí se sitúa en el mapa mundial y aparece en medios como el New York Times. ¿El motivo? El segundo positivo de coronavirus de España se localiza en el municipio. Concretamente, las informaciones hablan de un señor de nacionalidad británica, que se podría haber contagiado en los Alpes franceses. Diario de Mallorca titula su información sobre la cuestión con un significativo: «Marratxí es el centro del mundo por el contagio de coronavirus». El mismo artículo informa que la Dirección General de Salud Pública hace controles sobre las personas que estuvieron en contacto con él, «entre 20 y 40».

Al día siguiente, lunes día 10, el Ayuntamiento organiza una charla informativa en el IES Marratxí, en el polígono industrial, a cargo del portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de las Islas Baleares, el doctor Javier Arranz. Asisten unas 40 personas entre personal del Ayuntamiento, periodistas, personal sanitario y estudiantes de enfermería. 

Casi un mes después, la misma ‘Fira del Fang’ que encabeza este reportaje marca, involuntariamente, un punto de inflexión respecto a la amenaza del coronavirus en Marratxí, ya que de manera repentina obliga a cancelarla el jueves día 12, cuatro días antes de la fecha programada.

Así, el consistorio envía una nota de prensa a los medios de comunicación, que empieza diciendo: «El Ayuntamiento ha decidido la cancelación de la ‘Fira del Fang’, siguiendo las recomendaciones de la Dirección General de Salud Pública del Govern de no promover grandes concentraciones de personas y evitar, de este modo, el riesgo de contagio del coronavirus» .

Se inicia una nueva etapa: la preocupación se hace patente entre las administraciones y la ciudadanía. El viernes 13 (día con especial significación para los supersticiosos), el Ayuntamiento, tras una reunión entre los alcaldes de la Mancomunitat del Raiguer, publica un bando de Alcaldía, donde, entre otras cosas, recuerda que «quedan prohibidos todos los eventos con más de 1.000 personas; que aquellos de menos de 1.000 deberán ser autorizados por salud pública, aunque ya tengan autorización municipal». Además, subraya: «Recomendamos evitar las concentraciones de personas que no sean estrictamente necesarias».

La recomendación municipal se convierte apenas un día después, el sábado 14 de marzo, en una obligación: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en comparecencia pública desde La Moncloa, anuncia la entrada en vigor (por segunda vez en la historia de la democracia) del estado de alarma, que implica, sobre todo, una restricción importante de movimiento para el conjunto de la ciudadanía, por lo que solo se permite salir a la calle para ir a trabajar, para ir a comprar productos de primera necesidad o farmacéuticos y … para salir a hacer una vuelta con el perro. Los canes, así, pasan a ser de la noche a la mañana en animales objeto de deseo por la mayor parte de la gente, confinada en su casa.

Como no puede ser de otra forma, el consistorio también se sujeta a este estado de alarma. Como se puede leer en la sección ‘Conoce el Ayuntamiento’, Servicios Sociales son claves para ayudar y dar apoyo a las personas y familias necesitadas. Cada departamento extrema las medidas de seguridad, se fomenta el teletrabajo a los empleados para evitar al máximo el riesgo de contagio. Por un lado, se habilita un servicio de desinfección en la entrada de calles y plazas, de supermercados y de farmacias; por otro, se pone en marcha un canal telemático de ayuda psicológica a las personas que puedan sufrir miedo, ansiedad o angustia por la situación que les toca vivir.

Paralelamente, se suspende el pleno ordinario del mes de marzo, que se ha de celebrar el día 19, y que debe aprobar los presupuestos municipales de 2020. Finalmente, de manera telemática por primera vez en la historia del municipio, la sesión plenaria se celebra el día 7 de abril, con la asunción por parte del equipo de gobierno de que las cuentas públicas sufrirán necesariamente modificaciones para hacer frente al coronavirus y para, una vez levantado el estado de alarma, ayudar a reactivar la economía local e isleña.

En esta línea, de manera consensuada, todos los partidos con representación en el Ayuntamiento hacen una declaración conjunta para instar al Ministerio de Hacienda a flexibilizar las reglas fiscales para que el consistorio pueda hacer frente con su dinero a las necesidades sociales de la ciudadanía y para estimular la economía una vez terminen las restricciones del estado de alarma.

LOS APLAUSOS DE LA CIUDADANÍA EL PERSONAL SANITARIO

La mayor parte de la ciudadanía marratxinera se comporta de manera ejemplar y solidaria, si bien siempre está la excepción que confirma la regla. En este sentido, la Policía Local impone cinco multas la primera semana de cuarentena, por incumplimiento de las normas del estado de alarma. A posteriori, una vez que la Policía empieza a aplicar el principio de «tolerancia cero» las muchas aumentan notoriamente…

Pero, como ocurre en todos los ámbitos de la vida, también esta crisis sanitaria sin precedentes las últimas décadas ha tenido (y tiene) aspectos de unión y de solidaridad que llevan a la emoción y a erizar el vello. El episodio más paradigmático en este sentido es el aplauso que cada noche (a las 20:00 h) tributa la ciudadanía al personal sanitario, las personas que están en la primera línea de fuego en esta singular ‘guerra’.

En el caso de Marratxí, la cita más especial es la del centro de salud Martí Serra, en Sa Cabana, donde el personal sanitario sale a la calle y es acompañado por distintas patrullas de la Policía Local y de Protección Civil para dedicarse mutuos aplausos y también para recibirlos (y dedicárselos) a los vecinos que se asoman por las ventanas o balcones de su casa.

No es este, sin embargo, el único episodio solidario y de comunión en el municipio. Se puede repasar, como botón de muestra, las distintas iniciativas solidarias que diferentes colectivos o individuos llevan a cabo, a través de la sección ‘Ciudadanía Activa’.

A todo esto, desde la lejana China (ahora más cercana) nos llega un mensaje esperanzador, en medio de tanto dolor, tanto sufrimiento y de tanta incertidumbre. Por primera vez desde enero, el día 7 de abril, el país chino deja de sufrir muertes por coronavirus.

España (y, por lo tanto, también Marratxí) confinada al menos hasta el 26 del mismo mes, espera seguirle la estela en esta camino hacia la tan añorada “normalidad”.