La sede del Museu del Fang es un antiguo molino harinero de viento que data de finales del siglo XIX. Entre los años 1937 y 1983, ahí vivió el pintor Pere Sureda i Montaner, muy reconocido dentro de los círculos artísticos de la época. Como recuerda su hija, Elvira, «fue la madre de mi padre, Pilar Montaner Maturana, también pintora, quien alquiló el molino para que viviera él, que no estaba muy bien de salud». Los aires de Sa Cabaneta tenían entonces la fama de ser curativos, como recuerda el periodista Raphel Ferrer
De este modo, madre e hijo ocuparon el viejo molino, donde había vivido una tal María sa Molinera y, sin más dilación, contrataron a una mujer del pueblo para que se ocupara de la casa. Lo que no podían pensar ni saber es que la hija de esta señora se acabaría casando con el pintor años más tarde, como rememora Raphel Ferrer en un artículo. En el molino Sureda pudo entregarse por completo a su obra, en un ambiente tranquilo y agradable, y siempre con la compañía de animales.
El Ayuntamiento adquirió la propiedad del molino a finales de los años noventa y se inauguró con la denominación de museo en 2002. Como tal, ha tenido y tiene la custodia de una colección local de cerámica tradicional, como receptor de las múltiples piezas que cedieron distintos artesanos del municipio. Pero no solamente de Marratxí, porque también se recibieron piezas de artesanos de fuera del pueblo. Así, se pueden ver diferentes tipos de piezas que pertenecen a cuatro grandes categorías: las jarras, las de cocina tradicional, las ollas y los siurells. Uno de los espacios más interesantes del museo es la antigua cocina del molino.
El museo centra inicialmente su interés en la cerámica tradicional de Mallorca, y concretamente, en la cerámica de barro de Marratxí. Actualmente, algunas de estas piezas están en desuso, han desaparecido o están en peligro de desaparecer debido a la sustitución, en nuestras sociedades industriales, del barro por otros materiales. Por este motivo, es importante mostrarlas y preservarlas.
De 2016 data el convenio firmado por el Ayuntamiento con la empresa Amadip Esment para que sus trabajadores se encarguen de hacer las funciones de guía en las dependencias del Museo. Hay que decir, en este sentido, que recibe visitas escolares, ya que una particularidad destacada es que está muy enfocado a la didáctica del alumnado del municipio y del resto de la isla. En cualquier caso, sus puertas están bien abiertas para todo tipo de visitante que lo quiera conocer.