Fusteria Fullana nació en 1945 de la mano de Lluís Fullana Iglesias, posteriormente continuó con el negocio su hijo Pere Fullana Aguirre. Desde 2009 está al frente de la empresa Raül Fullana Aguirre, hermano de Pedro. Las tres generaciones han conservado un oficio artesano que actualmente se dedica a la carpintería, la ebanistería y la decoración de espacios. Durante 76 años han sabido conjugar la tradición con la adaptación a los nuevos clientes y nunca han dejado de actualizarse, como prueba que en 1990 fue la primera carpintería de España en obtener la prestigiosa ISO de Medio Ambiente.
Inicialmente estaba en la calle Víctor Pradera de Palma, y a partir de 1974 se estableció en la calle Ramon Llull de Marratxí, su actual ubicación. Fusteria Fullana se define como un negocio eminentemente familiar que presta un servicio «muy próximo» a los clientes. Actualmente la mayoría de los encargos tienen que ver con decoraciones de espacios junto a trabajos «muy especiales y únicos personalizados para nuestros clientes», cuenta Raül Fullana, actual gerente.
Fullana explica que el tipo de cliente ha cambiado radicalmente respecto al de los años 80. «Son totalmente diferentes, aunque lo que pide el cliente, aparte de la modernidad es mantener la calidad de los muebles”.
Raül Fullana asegura que los clientes lo buscan por «la exclusividad del trabajo a medida y por su calidad. Tenemos todo tipo de clientes, los de toda la vida, que incluso vienen nietos o hijos de clientes de la época de mi padre o de mi hermano, entre ellos hay muchos arquitectos y decoradores muy reconocidos. También tenemos constructores o cadenas hoteleras muy importantes».
Actualmente trabajan dos empleados en el taller. Raül Fullana confiesa que han vivido la pandemia «con mucha incertidumbre» para el negocio y con esperanzas en la vacuna para salir de la crisis lo antes posible. Un tiempo en que el volumen de negocio ha descendido mucho, sobre todo a partir del segundo semestre de 2020.
Raül Fullana confía en que cuando se jubile alguno de sus trabajadores continúe con la empresa porque no cree que ninguna de sus hijas se pongan al frente del negocio familiar, aunque una es arquitecta y la otra licenciada en Bellas Artes, y su formación tiene relación con el sector.
En 1990 Fusteria Fullana fue la primera empresa de carpintería certificada con una ISO 14001 de Medio Ambiente, además de un reconocimiento EMAS de la Unión Europea. «La propuesta vino de nuestro cliente, propietario del Grupo Hotelero Arabella, y más concretamente de quien en ese momento era su CEO, Peter Tschiki. «Él inició un proceso de certificación de calidad y medio ambiente para toda su cadena y animó a los proveedores industriales de sus hoteles a hacer lo mismo para dar el máximo de calidad y servicio a sus clientes. Ante tal reto, y como proveedores preferenciales en nuestro ramo nos sumamos a esta nueva iniciativa «.
Una decisión que resultó providencial para Fusteria Fullana porque «de esta manera pudimos participar tanto con la construcción, decoración, rehabilitación, y mantenimiento de los tres hoteles de la cadena existentes en Mallorca: Arabella Golf Hotel 5 *, Castillo Hotel Son Vida 5 * GL, y The St. Regis Mardavall Mallorca Resort 5 * GL».
Precisamente ha sido el Castillo Hotel Son Vida uno de los proyectos que más ha marcado a Raül Fullana y del que se siente más orgulloso. También destaca el trabajo que realizó para Josep Maria Llompart, «poeta y amigo», y para Joan, propietario de Can Joan de S’Aigo, «magnífico cliente y amigo».
En estos momentos de crisis en casi todos los sectores y con una pandemia tanto prolongada, Raül Fullana reclama a las administraciones «más consideración hacia el pequeño empresario autónomo».