Gimnasia: esfuerzo en silencio

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En Marratxí hay alrededor de 400 gimnastas que entrenan una media 4 horas diarias. Lo hacen por dos razones: aman este deporte y quieren llegar a lo más alto

La gimnasia, con todas sus modalidades, es uno de los deportes más exigentes. Aunque sea de los más practicados a nivel nacional, también es uno de los grandes olvidados. A finales de agosto, Valencia fue la anfitriona del Mundial de Gimnasia Rítmica, previa clasificatoria para los Juegos Olímpicos de París 2024. Contó con la representación de 8 gimnastas españolas que consiguieron medalla de plata en la modalidad de cinco aros y bronce en la general. Ninguna de esas dos medallas, con el esfuerzo que conllevan, atrajeron los focos mediáticos.

Marratxí, cuna de grandes gimnastas

El municipio cuenta con cuatro clubs que practican incansablemente este deporte. Esfuerzo, constancia, perseverancia, disciplina, resiliencia y un largo etcétera,  son valores que les inculcan desde pequeñas a estas deportistas. 

Conscientes de lo duro que es llegar a lo más alto, estas niñas entrenan aproximadamente seis días a la semana (incluidos sábados y festivos), una media de 4 horas diarias. Competiciones que duran todo el día, tanto dentro como fuera de la isla, limitan su tiempo para el ocio o el estudio. El apoyo incondicional de la familia, en todos los casos, es fundamental.

Club Gimnàstic Es Pla

Por las tardes, en la Fundación Asnimo, entrenan las chicas de Catalina Rosselló y Miquel Otero, madre e hijo, que llevan muchos años entrenando a grandes gimnastas, con muy buenos resultados. El club se fundó en 2010, con el principal objetivo de difundir la gimnasia y el apoyo hacia los y las deportistas. “No podría tener mejor acompañante, ni sucesor, que mi hijo, será un gran entrenador” dice Rosselló, emocionada al explicar la implicación de su hijo con el club. 

El equipo técnico está formado por 15 profesionales, incluyendo preparadores físicos, psicólogo y fisioterapeuta. Así, las 170 alumnas que vienen a este club están preparadas para competir. “Aquí no se separan las buenas y las malas, aquí aprendemos todas, las unas de las otras, es mi filosofía”, explica Rosselló. 

Carmen Morales, de 16 años, Ainara Bometón, de 15, y Catalina Maria Ripoll, de 19, ya han conseguido grandes éxitos. Carmen es de Marratxí y lleva toda la vida entrenando aquí. Ainara y Catalina, vienen desde Llucmajor, aunque se sienten como en casa. “No me daban el apoyo como deportista que necesitaba y vi que en este club podía avanzar y recibirlo”, cuenta Catalina. 

Las chicas, cuando van a competir, son conscientes de que necesitan un alto nivel de concentración.  Cada una lo hace a su manera: Catalina se aisla y no quiere hablar con nadie, Ainara se da toquecitos en la pierna y Carmen se pone los cascos y escucha a Taylor Swift. 

Cuando hablan del momento más feliz que han vivido en este deporte las tres coinciden: “cuando conseguimos entrar en la Liga Iberdrola, es como un sueño, porque además no entras sola, entras con todo el equipo”, afirman al unísono. 

Club Gimnasia Rítmica Pont d’Inca

Verónica Ruíz hace 27 años que capitanea este equipo de competición, aunque ya era entrenadora antes de que se fundara. Des de 1997, este club ha visto crecer y triunfar a muchas grandes deportistas. En el pabellón del IES Marratxí hacen volar sus aros, mazos, cuerdas, balones y cintas, fusionado con coreografías que practican infinitas veces para hacerlo a la perfección cuando llegue el día de la competición. 

El club cuenta con un equipo técnico de cuatro personas que animan a sus deportistas a mejorar cada día. Los grupos de entrenamiento se dividen por niveles y por competiciones. En este arranque de temporada ya hay 61 alumnas fichadas. 

Algunas niñas practican gimnasia rítmica porque les encanta, pero el proceso y los nervios de ir a una competición no es tan sencillo. “Tienen muchísima competencia, en el Campeonato de España puede haber 250 niñas y se lo juegan todo en un minuto y medio”, explica Verónica. Además, este deporte cuenta con uno de los jurados más estrictos que vigilan que cada ejercicio se ejecute a la perfección. 

La entrenadora afirma que es un deporte muy olvidado, aunque para las familias que lo viven y lo practican, que son muchas, es lo más importante y no conciben un día a día sin él. “Yo amo este deporte, y lo que quiero es que mis pequeñas lo quieran igual”, asegura Verónica. 

Club Gimnàstica Rítmica Costa i Llobera

Hablar de este club, es hablar de Beby Arco. La veterana hace aproximadamente 38 años que enseña este deporte. Empezaron a entrenar en las aulas del Costa i Llobera y cuando tenían que lanzar los objetos salían al patio para conseguir la altura necesaria, hasta que se abrió el pabellón del colegio y se trasladaron allí. “Siempre me he mostrado muy agradecida por las instalaciones que nos han dado”, explica Arco. 

El club combina grupos de competición, pre-competición y escoleta separados por edades para así hacer entrenamientos más enfocados y especializados. Algunas de sus pequeñas artistas han sido citadas para la Selección Española. 

La entrenadora coincide en que es un deporte que no está reconocido como se merece, y añade: “lleva toda la vida practicándose y funciona, hay que dejarlo vivir y no poner barreras”. 

Gimnasia La Salle Pont d’Inca

El club abrió sus puertas hace aproximadamente 20 años. Empezó siendo una extraescolar de la mano de Marga Minuesa, con la ayuda de su hermana Lorena. Las dos hermanas ya practicaban este deporte cuando eran pequeñas y aseguran que les ha enseñado muchos valores y disciplina y quieren que sus alumnas también los adquieran.  Antes de cumplir el año de actividad, ya vieron el potencial de muchas de las gimnastas. Hoy son las responsables de un club que ha conseguido un gran número de medallas en competiciones nacionales. 

“Lo que siempre hemos intentado es que las niñas se lo pasen bien, es un deporte muy divertido en el que tienen que saber manejar muchos aparatos, por eso ya desde pequeñas intentamos que se familiaricen con ellos y lo vean como un juego mas que una obligación”, explica Lorena. 

Entrenan alrededor de 80 niñas, cinco días a la semana, “que vienen porque les encanta”, afirma Marga. Para hacerlo, cuentan con la ayuda de 4 monitoras exalumnas suyas, algo que ocurre en muchas ocasiones. 

Los cuatro clubs y sus cuatro entrenadoras trabajan sin descanso para que la ilusión de muchas niñas  se convierta en una realidad, para que disfrutar de cada entrenamiento, aprendizaje y lucha culmine con sus manos tocando el cielo.