Año tras año, la fiesta de Halloween arraiga con más fuerza y cuenta con más participantes en Marratxí, como se vio en las calles llenas de gente disfrazada. El buen tiempo y la bajada de la incidencia del coronavirus permitieron que muchos cascos urbanos celebraran una fiesta que entusiasma a los más pequeños y que cada vez cuenta con más seguidores entre los adultos.
En el Pla de na Tesa, Albert Font, miembro de la Asociación de Vecinos Xaloc, decora desde hace diez años su casa por Halloween. Primero empezó decorando el portal, con la Covid se vio obligado a decorar solo el balcón de su domicilio y este año, con la mejora de la incidencia del coronavirus, ha podido ambientar el jardín, donde ha diseñado un itinerario tétrico lleno de figuras móviles por el que han pasado unos 600 visitantes que han disfrutado de un escenario de muerte y de terror. “Qué pasada, que bien hecho”, fueron algunas de las reacciones de los visitantes.
Una familia amante de Halloween ha acabado convirtiendo su afición en una atracción social que visitan cada año centenares de personas de Marratxí y de los pueblos del alrededor.
Este año los visitantes hicieron hasta treinta y cinco minutos de cola para poder admirar la terrorífica casa familiar de Albert, que ya se ha convertido en una tradición marratxinera gracias al boca a boca. “Los grupos iban entrando al porche en grupos de diez en diez. Todos con mascarilla y guardando la distancia de seguridad”, cuenta Albert, a quien la lluvia impidió montar el sábado el escenario exterior, pero el domingo pudo terminarlo para ofrecer a los vecinos un recorrido de fantasía. No faltaron las calabazas iluminadas ni figuras móviles de esqueletos que se arrastraban por el suelo o muñecas terroríficas columpiándose en medio del jardín.
Taller solidario
La asociación Boreal Es Figueral-Can Farineta también celebró Hallloween con un taller de figuras realizadas con rollos de papel. Todo el dinero recaudado con los talleres de Halloween se destinó a Enach asociación, una ONG sin ánimo de lucro que apoya a personas afectadas por las ENACH (las enfermedades neurodegenerativas por acumulación cerebral de hierro). Además, esta asociación también programó la película Coco de Disney Pixar en el local de Es Figueral.
Maria Àngels Verdera, miembro de la asociación Boreal, ha destacado la excelente participación de las dos actividades. En total participaron 75 niños de entre 3 y 12 años divididos en dos turnos, que estuvieron ayudados por cuatro monitores y dos voluntarios. “Todos los participantes eran de Marratxí, pero no todos de Es Figueral. Había también del Pont d’Inca y de Sa Cabana. Los niños hicieron figuras de Frankestein, de gatos, de murciélagos, de momias y de fantasmas”, explica Maria Àngels, que está especialmente satisfecha de que la recaudación íntegra vaya destinada a la asociación Enach.
En Sa Cabaneta, Equip Vincles realizó dos talleres. El primero fue un taller de rosarios de Tots Sants. Y el segundo fue un taller de decoración de Halloween que realizacon el pasado 30 de octubre. En total, en los dos talleres, hubo 25 niños y niñas de entre 3 y 10 años.
Hace no tanto, Halloween era una fiesta completamente ajena a nuestras tradiciones pero como prueban estas imágenes de casi todo Marratxí, esta fiesta de origen norteamericano ha arraigado con fuerza. A los niños les gusta disfrazarse de monstruos, espíritus y zombis y hacer todo tipo de actividades que despiertan su creatividad y su imaginación.