La Escola Vella del Pont de Inca ha sido completamente rehabilitada después de una inversión municipal de 320.000 euros. Las obras, que se han prolongado durante seis meses, han consistido en la rehabilitación de paredes, falsos techos y la sustitución de antiguas ventanas de madera por nuevas ventanas de aluminio. Se han construido también baños adaptados y se han renovado todas las instalaciones.
La superficie útil del edificio es de 340 metros cuadrados. Durante la reforma se han remodelado las tres aulas (dos de ellas de 82 metros cuadrados y otra de 27 metros cuadrados), se han reformado y adaptado los baños y también se han reconstruido totalmente las fachadas, que se encontraban muy deterioradas.
El edificio de la Escola Vella se construyó en los años 30 y tiene una configuración en planta única de 1.628 metros cuadrados. Cuenta con un cuerpo rectangular principal al cual se anexan perpendicularmente otros dos de igual volumetría que quedan unificados mediante un porche.
La Escola Vella del Pont de Inca es la sede habitual del Espai Jove del Pont de Inca y del Club de Esparcimiento de Utopía. Además, el Ayuntamiento también cede sus espacios a diferentes asociaciones. Hace diez años, la Escola Vella sirvió de sede provisional del Instituto de Educación Secundaria de Sant Marçal mientras se realizaban las obras del instituto.
Símbolo republicano
La recuperación de la Escola Vella del Pont de Inca supone un hito importante tanto para el municipio como para el mismo Ayuntamiento. Y lo es por una cuestión simbólica, la que se refiere a la recuperación de un edificio emblemático para la Memoria Histórica. Su rehabilitación también tiene un valor por el futuro uso que se le dará como equipación juvenil de ocio y tiempo libre educativo.
La Escola Vella es un edificio histórico y catalogado que encarna los ideales educativos republicanos. Estos valores educativos fueron impulsados por algunos gobernantes municipales que convirtieron la difusión de una enseñanza pública y laico en uno de sus objetivos prioritarios. Las instituciones gobernadas por republicanos y socialistas se preocuparon para crear nuevas escuelas, y para mejorar las condiciones de los edificios, haciendo planes para construir de nuevas o agilizando la construcción de las ya programadas para corregir el déficit que había.
A principios del siglo XX aparece una figura capital en la renovación educativa que había recibido una influencia notable de la Institución Libre de Enseñanza: Joan Capó Valls de Madrines, maestro e inspector. Fue el promotor de la Magna Asamblea de alcaldes de las Islas (10 de junio de 1926) para solicitar la creación de edificios escolares en todos los municipios isleños. A consecuencia de esta iniciativa, el gobierno facilitó la creación de numerosos edificios escolares, especialmente a pueblos de Mallorca.
A partir de esta reunión el consistorio marratxiner, encabezado por su alcalde Bartomeu Ramis Vidal, se pone manos a la obra y decide emprender la construcción de cuatro nuevos edificios escolares todos ellos inaugurados el día 17 de noviembre de 1929: Escuela de Pòrtol, Escuela del Pla de na Tesa, Escuela de Sa Cabaneta y Escuela del Pont de Inca. Después de la II República, cae todo este proyecto educativo. Los maestros, hombres y mujeres, son represaliados, y los maestros de Marratxí también fueron sancionados.
Reforma respetuosa
El edificio continuó con un uso educativo durante la dictadura franquista y también con la llegada de la democracia. Pero con el paso del tiempo y con el uso cotidiano había sufrido un importante deterioro. Ahora se ha realizado una reforma integral, pero respetuosa con el proyecto original: en total se han rehabilitado cinco salas, los porches, los baños y el jardín exterior.
Con la realización de las obras de reforma y conservación del edificio se garantizará la preservación del legado republicano, a la vez que se podrá destinar a usos de ocio educativo.
El destino del edificio es ser una equipación juvenil donde se realicen actividades de tiempo libre para niños y jóvenes. Estas actividades son del sector público, dirigidas por el área de Juventud municipal, como Espai Jove del Pont de Inca y el Centro de Información Juvenil; y también acogerá al sector del asociacionismo juvenil, ya que hay una cesión de espacio al club de esparcimiento Utopía Juventud. También se podrán ceder salas para reuniones a las entidades del entorno del Pont de Inca.
Así, noventa años después de su construcción la Escola Vella del Pont de Inca renace y recupera su espíritu original, pero plenamente adaptada a los tiempos actuales y a los requisitos de confortabilidad y seguridad que requiere un edificio de estas características. Próximamente, la Escola Vella volverá a ser un hervidero de gente joven, de asociaciones y de clubes de esparcimiento. Esta escuela, que fue un símbolo educativo, además de un edificio catalogado e histórico recupera su esplendor para ser un edificio de presente y de futuro, esta vez para ponerse al servicio de los marratxiners como equipación juvenil de ocio y tiempo libre educativo.