Los alumnos de primaria de Marratxí dan una lección ejemplar

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La iniciativa nació en el colegio Es Liceu del municipio que la hizo extensiva a todo el segundo ciclo de primaria del municipio, entre cuarto y sexto de primaria. “Hablaron en las aulas de qué podríamos hacer para expresar nuestra oposición y decidimos manifestarnos y gritar muy alto para dejar claro que estábamos en contra de este conflicto y que queríamos la paz”, explica Inés Ramos, jefe de estudios del colegio Es Liceu.

La imagen de un millar de niños y niñas de todas las escuelas del pueblo con los colores de la bandera de Ucrania manifestándose por el pueblo sorprendió a muchos. Los niños y niñas dejaron patente su oposición frontal a una invasión que ha provocado miles de muertes y el éxodo más grande desde la II Guerra Mundial. “El alumnado de sexto curso propuso esta manifestación para hacer ver a la gente aquello que explicamos en las aulas: que las cosas se solucionan dialogando y no con imposiciones violentas”, razona Kiko López, director de Es Liceu, que añade que esta manifestación refuerza la educación en valores y el mensaje de que los problemas se resuelven con palabras.

El alcalde de Marratxí, Miquel Cabot, cree que esta marcha por la paz “demuestra que nuestros muchachos representan los valores de Marratxí, que son la solidaridad, la paz, un mundo más justo e igualitario y que están con el pueblo ucraniano y la desgracia que están sufriendo”. Cabot ha subrayado que los niños son muy sensibles y solidarios y han sido los primeros que han querido dejar patente con esta manifestación su oposición frontal a esta guerra.

Orgullo de pueblo

El director de Es Liceu reconoce que “fue un orgullo reunir a tanta gente, recibimos mucho apoyo del Ayuntamiento y nos pudimos reencontrar con niños y profesores otras escuelas del municipio”. Y añade que la lectura del manifiesto fue “muy emotiva” y, más allá del motivo de la manifestación, “creo que este tipo de actos hacen pueblo, sobre todo en un municipio con tantos núcleos urbanos”.

Pocas semanas después de la manifestación, una niña ucraniana refugiada ha empezado a estudiar en Es Liceu, una circunstancia que ha acercado más a los alumnos a la dramática realidad vivida por los ucranianos “Ha favorecido conocer más de cerca la situación y ha dado un cariz vivencial a la oposición a la invasión rusa”, detalla Kiko López.

La regidora de Educación, Aina Amengual, hace hincapié en el hecho de que la iniciativa haya salido de los mismos alumnos, que enviaron una carta a la regidora y al resto de escuelas del municipio para impulsar la manifestación. “Ellos son los protagonistas, ellos son los que promovieron la manifestación en solidaridad con Ucrania y nosotros apoyamos su iniciativa”.

Educación en valores

Del CEIP Miquel Costa i Llobera participaron 161 alumnos en la manifestación. “Desde el primer momento hemos tenido claro que era un tema que se tenía que hablar dentro de las aulas porque no hacerlo lleva a la desinformación y a crear prejuicios y altos niveles de estrés”, explica Maciana Alomar, directora del CEIP Costa i Llobera.

La participación en la manifestación fue un espacio de reflexión, de unión y de expresión conjunta de la indignación ante la guerra. “Tanto para los alumnos como para los maestros fue una motivación para prepararlo bien, hablar, organizarse, hacer pancartas, ensayar para la batucada…”, explica Maciana Alomar.

Los profesores afirman que la no-violencia y la paz son temas transversales que están presentes diariamente en las escuelas, pero que “la situación se vuelve más delicada y sensible cuando tenemos alumnas de Ucrania dentro de las aulas, o si los alumnos conocen de cerca personas rusas y/o ucranianas”.

Los maestros insisten en la necesidad de escuchar a los niños y niñas. “Se les tiene que escuchar porque muchas veces los subestimamos y pensamos que no se enteran de lo que pasa, pero sí que lo saben, están bombardeados con información como nosotros. Es por eso que se les tiene que explicar adaptando a su edad la gravedad de la situación, sin caer en alarmismos, validando sus emociones, haciéndolos sentir protegidos y acompañados, e incluso planificar con ellos ideas para poder ayudar”, destaca la directora del Costa i Llobera.

En la escuela Costa i Llobera siguieron de cerca la experiencia de una maestra del centro que viajó hasta la frontera para traer a España refugiados ucranianos a través de una ONG. “Hemos acogido a un alumno ucraniano y hemos programado toda la adaptación en el centro con los alumnos de 6º, y hablar con los demás”.

Los profesores coinciden en la necesidad que los niños saquen sus preocupaciones y estar atentos a cómo gestionan la situación. Y reivindican la necesidad de hacer énfasis en la educación para la paz, la multiculturalidad, la coeducación y la igualdad porque constituyen “los principios y valores de las personitas que tenemos en las escuelas”, concluye Maciana Alomar.