Marratxí, cuna de la aviación privada a medida

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José Manuel Álvarez, natural de Orense y afincado en Marratxí desde hace casi 30 años, fundó Empty Leg en 1993. Ha construido una compañía sólida y rentable, su obsesión desde que entró en el negocio y empezó a comercializar los ‘empty leg’, los vuelos vacíos que las compañías realizaban para ir de un destino a otra. Trabajó con Juan José Hidalgo, el presidente del Grupo Globalia, de quien dice lo aprendió todo, entre otras cosas a tener satisfechos a sus empleados. Álvarez es el único accionista de Empty Leg, un broker aéreo con oficinas en España y Portugal que opera a nivel mundial encargándose de organizar quieres privados tanto para grupos como para necesidades individuales. La compañía tiene 30 empleados distribuidos entre Mallorca, Madrid y Portugal.

Un broker aéreo es un intermediario del sector de la aviación entre clientes y proveedores a nivel mundial. “Básicamente, cuando un cliente, sea particular, empresa u organización tiene una necesidad de traslado aéreo, cuenta con la experiencia de nuestra empresa para asesorarlo en cuanto a las mejores opciones del mercado. Una vez tenemos claras las necesidades de los clientes, procedemos a buscar en el mercado las mejores opciones de compañías aéreas que puedan encajarle para ofrecerlas”, destaca una portavoz del departamento de Comunicación de la compañía.

Empty Leg tiene una trayectoria de casi 30 años en el mercado de la aviación privada, lo que le otorga un conocimiento profundo del sector que le permite operar con margen de actuación, sea cual sea la necesidad o situación del vuelo. Un factor diferencial respecto a otras compañías es que Empty Leg dispone de un departamento de acompañamiento que vuela con el cliente para encargarse que todo esté listo a nivel operativo y de servicio.

El público objetivo de Empty Leg son las personas o empresas que, a nivel mundial, tienen una necesidad de traslado aéreo y que, por motivos de privacidad, escalas, etc. no pueden solucionar esta necesidad con una compañía de vuelo regular. Por ejemplo, los equipos deportivos que juegan de noche, ya sea en España o Europa, y quieren regresar a casa al finalizar el partido.

Proceso

Todo empieza con una petición de un cliente de realizar un determinado trayecto. “Recibimos una petición de un cliente con unas necesidades concretas, realizamos un análisis y le ofrecemos orientación y asesoramiento. Una vez tenemos claro y consensuado lo que quiere el cliente, procedemos a buscar en el mercado las compañías más idóneas para configurar su servicio. Después de esta búsqueda, se le ofrecen varias opciones y cuando elige una, nos encargamos de que todo esté al gusto del cliente y le acompañamos en todo el proceso hasta que llega a su destino”, explican desde el departamento de Comunicación.

Un vuelo privado es un servicio exclusivo y a medida donde el cliente paga no solo por las horas que está volando, sino por las horas que tiene que hacer el avión para poder prestarle el servicio. Hay acontecimientos sociales y deportivos que provocan que empresas de aviación privada cómo Empty Leg se tengan que emplear a fondo para satisfacer las necesidades de sus clientes. “Podemos decir que, en acontecimientos deportivos o culturales de primera línea, hemos tenido la oportunidad de que cuenten con nosotros en muchas ocasiones, llegando a movilizar hasta más de 17 aviones en un mismo día”.

Al operar en un mercado internacional, la típica estacionalidad de destinos vacacionales como Mallorca no afecta a Empty Leg, que trabaja con empresas nacionales e internacionales que quieren viajar a diferentes destinos y no tanto con ciudadanos o empresas de Mallorca que quieren volar a otras partes del mundo. Sin embargo, la compañía ha aumentado el volumen de tráfico de vuelos privados en Mallorca, un destino que ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años y que solo de enero a agosto de este año ha operado 12 mil vuelos privados.

Pandemia

A raíz de la pandemia, gran parte de los aviones quedaron en tierra y las compañías redujeron drásticamente sus vuelos en todo el mundo. Entonces, el CEO de Empty Leg, José Manuel Álvarez, tomó la decisión de mantener la plantilla y buscar vías de negocio alternativas. “Mientras el mundo se paraba, nosotros empezamos a movernos y nos reinventamos. De la noche a la mañana, nuestros clientes habituales no nos necesitaban, pero José Manuel Álvarez toma la decisión de no prescindir de ninguno de sus empleados. Ninguno iría al ERTE. Para sobrevivir, necesitábamos abrir nuevas vías de negocio y captar cualquier oportunidad de trabajo que surgiera. Lo que no podíamos permitirnos era que surgiera la oportunidad de trabajar y no poder sacar el trabajo adelante por no tener suficiente equipo en activo”, afirman desde Empty Leg.

Entonces buscaron vías de negocio alternativas. Realizaron un estudio de mercado y buscaron trabajo en otros sectores. “Afortunadamente, pocas semanas después, lo conseguiremos. Durante la pandemia nos dedicamos a hacer vuelos de carga además de pasaje. Entre otros vuelos de carga, hicimos vuelos para transportar material sanitario, intentando colaborar para cubrir la escasez de mascarillas, respiradores, guantes, etc. Además, organizamos varios vuelos de repatriación para personas que necesitaban volver a sus hogares a causa de la situación, puesto que el estallido de la pandemia los sobrevino estando fuera de casa y las compañías de vuelos regulares suspendieron los vuelos”. Una vía de negocio que permitió mantener la plantilla y, además, sirvió para que estudiantes, Erasmus y viajeros pudieran regresar a casa.

Marratxí
José Manuel Álvarez escogió Marratxí como sede de la empresa y también como lugar de residencia porque como apasionado de la aviación le parecía “un privilegio” tener Son Bonet tan cerca y poder disfrutar viendo pasar los aviones desde su puesto de trabajo y desde su lugar de residencia. Otro factor decisivo fue la tranquilidad de la zona y la amabilidad de la gente. También otros trabajadores de Empty Leg son vecinos de Marratxí y tienen en el municipio su residencia, además de su puesto de trabajo.

El año que viene Empty Leg cumplirá su 30 cumpleaños. Un tiempo en que su fundador ha convertido su fascinación por la aviación en un negocio consolidado con el que han volado miles de personas por todo el mundo gracias a un equipo que ha hecho de la agilidad, la excelencia y la atención a los detalles los signos de identidad de la compañía.