FFP2, mascarillas ‘made in’ Marratxí

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El polígono industrial de Marratxí acoge la primera fábrica de mascarillas FFP2 de Baleares. La empresa Protección Sanitaria Balear aspira a producir 1,5 millones de mascarillas mensuales con 25 trabajadores. Las mascarillas, destinadas fundamentalmente al sector público, se podrán comprar en las farmacias a menos de un euro. La fundación de esta empresa ha despierto el reconocimiento de empresas e instituciones. La presidenta del Govern ha afirmado que esta empresa permitirá «no depender del exterior y autoabastecernos. Para diversificar y fortalecer la economía, hay que apostar por la industria local».

El impulsor de esta empresa es Ricardo Alonso, un empresario de Marratxí del sector de la distribución de alimentos, que decidió fundarla ante la falta alarmante de mascarillas que había en España al principio de la pandemia. Eran los momentos en que se pedían voluntarios para coser mascarillas para el personal sanitario que debía enfrentarse al Covid sin la protección suficiente. «Protección Sanitaria Balear nace de la necesidad de cubrir los sanitarios. En marzo de 2020 veíamos a los sanitarios que debían protegerse con bolsas de basura y que tenían que importar mascarillas de China y no sabíamos si iban a llegar y con qué condiciones «.

Alonso cuenta que ha sentido el apoyo de las instituciones, que animaron a las empresas a reconvertirse de forma urgente para satisfacer una necesidad vital ante la carencia de materiales sanitarios como las mascarillas o el gel hidroalcohólico que se produjo hace un año. «Estamos muy contentos de la aceptación, del apoyo del Ibsalut, de las instituciones y también de los particulares, que nos dicen que están contentos de contar con un producto hecho en Baleares. Además, es un gran apoyo que la presidenta Armengol haya venido a la inauguración de la empresa «.

La presidenta del Govern aseguró durante la inauguración que la creación de esta empresa es una muestra de «valentía y compromiso con esta tierra», dedicada a fabricar un material que es «esencial». «Puntera en Europa y orgullo de Baleares», aseguró Armengol que visitó la empresa acompañada del alcalde de Marratxí, Miquel Cabot.

Armengol también ha destacado que esta empresa permitirá «no depender del exterior y autoabastecernos; para diversificar y fortalecer la economía, hay que apostar por la industria local. Esta iniciativa es un ejemplo de lo que queremos seguir impulsando desde el Govern y invitamos a más empresas a sumarse».

Cinco capas y 98% de filtración

Alonso explica que vio enseguida que había un nicho de mercado. Protección Sanitaria Balear produce mascarillas compuestas por cinco capas, que garantizan el 98% de filtración y cumplen el Reglamento europeo UE 2016/425 CE «Esta mascarilla FPP2 es la mejor que hay en Europa, lleva cinco capas frente a las tres o cuatro que llevan otras mascarillas chinas o europeas «.

El gerente de PSB, que tiene una empresa de distribución de alimentos para hoteles y restaurantes, explica que la pandpemia ha demostrado que el tejido empresarial de Baleares tiene que cambiar y en este sentido recuerda que sólo hace unos meses los ciudadanos debían ‘apuntarse a una lista para poder comprar una FPP2 y pagar un precio de ocho o diez euros. «Debe existir voluntad política y de la iniciativa privada. Si no lo hacemos, estaremos en manos de importadores, de especuladores y de quien paga más tanto en mascarillas, tests como termómetros «. Alonso pone como ejemplo que España, con la mitad de habitantes de Alemania, ha importado de China el doble de mascarillas que el país germano, lo que significa que no hay productores nacionales de un elemento básico.

Inversión

Todo en PSB (Protección Sanitaria Balear) es nuevo. La nave en el polígono industrial de Marratxí alberga esta empresa pionera en Baleares. La inversión supera los 1,5 millones de euros en una moderna maquinaria italiana y en todas las salas asépticas que garantizan la esterilidad de las mascarillas. Hasta ahora todo han sido gastos porque a la maquinaria hay que añadir todas las auditorías y certificados necesarios para vender este producto. «El endeudamiento es total, no he tenido ninguna ayuda, el 100% es con recursos propios y endeudamiento, lo más caro son los quirófanos, las salas de cuarentena porque si quieres el mejor producto debes tener la mejor instalación». Alonso explica que han hecho un gran esfuerzo económico y que aún no han tenido ningún retorno y que necesitan vender un gran volumen para obtener beneficios porque no quieren que cada mascarilla pase de los 99 céntimos.

El empresario marratxiner pide el apoyo de las instituciones para que continúen comprando las mascarillas mallorquinas porque «esto ha de consolidarse en el tiempo porque si no empresas como la mía pueden desaparecer en tres meses. Recuerda que hay mascarillas chinas que se venden por 40 céntimos. «Tenemos que aprender del error y tenemos que ser consecuentes, lo más importante es generar riqueza en casa y no tener desprotegidos nuestros sanitarios».

Ricardo Alonso explica que como marratxiner no dudó en establecer su empresa en Marratxí, a pesar de haber tenido la posibilidad de instalarse en Santa María o en Son Castelló.

Proceso industrial

La nave industrial de PSB tiene dos puertas: una de materia prima y otra de producto terminado. Toda la materia prima se debe etiquetar por la trazabilidad, luego pasa 15 días en la sala de cuarentena y de allí pasa a la sala de fabricación donde hay cinco bobinas que se desarrollan y pasan por la lámpara ultravioleta que eliminan los gérmenes que pueda haber. De allí pasa a la estación 1 donde se inserta el clip nasal, pasa a la estación dos donde se dibuja y se marca la mascarilla, se prensa y se ponen los elásticos, luego se pliega y se suelda y pasa al carrete de corte y finaliza el proceso en la sala de envasado.

Los principales clientes son las instituciones públicas, del Ibsalut, las consejerías, ayuntamientos, además de importadores o distribuidores.

Ricardo Alonso explica que hay otras empresas de la isla que han hecho batas, gel hidroalcohólico, hay mucha iniciativa privada que ha luchado contra el Covid, «ojalá hubieran sido el doble». «No nos podemos confiar porque esto puede volver a pasar y que no vuelva a ocurrir debemos tener un sector productivo real. Es muy bueno el turismo y seguir conservándolo pero también debemos darnos cuenta que debemos ser autosuficientes al menos en lo más esencial «.

El empresario marratxiner explica que le pareció «increíble» cuando se enteró de que cada año el Ibsalut gasta 85 millones de euros en material fungible como jeringas, batas o mascarillas y que nada de eso crea riqueza y puestos de trabajo en Baleares porque el 100% se compra en China o a intermediarios en la península.

La pandemia de Covid-19 supone un antes y un después en la historia contemporánea. Un virus que ha sobrepasado todas las fronteras y los marcos sanitarios e intelectuales. También los marcos productivos. La pandemia ha evidenciado que la falta de productores insulares y nacionales puede suponer un desabastecimiento y un riesgo sanitario y económico. Empresas como Protección Sanitaria Balear han respondido a la llamada de las instituciones que pidieron que las empresas se reconvirtieran para cubrir un agujero esencial en la economía de Baleares. Ahora es necesario que estas empresas se consoliden para que puedan garantizar el suministro de material sanitario fabricado en Marratxí de forma continua y, porque en caso de una nueva alerta sanitaria, Baleares esté mejor preparada.