Mian, cinco joyerías en Mallorca y un referente en la grabación de trofeos desde 1978

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Mian, marca que proviene de las dos primeras sílabas del nombres de los fundadores: Miguel y Antònia,creció “gracias a mucho trabajo, a trabajar sábados, domingos y festivos”, explica Patricia Simonet. “Mi padre siempre ha sido una persona inconformista y se decidió a montar una pequeña tienda en la calle Cabana, en el interior de las Galerías. Mi madre se dedicó a la joyería porque era joyera artesana y mi padre se adentró en el mundo de los trofeos porque vio que había negocio”.

Las actuales responsables de Mian aseguran que su ventaja competitiva es la inmediatez y la capacidad tecnológica. “Tenemos todas las máquinas de grabado, toda la tecnología, los talleres de joyería y esto nos da una gran capacidad de respuesta”, reconoce Patricia Simonet, que añade que el trato al cliente y buscar siempre una solución en sus peticiones son sus señales de identidad.

Actualmente, Joyería Mian tiene 15 empleados, distribuidos entre la sede central al puente de Inca, donde también se encuentra el taller, y las otras cuatro joyerías. La segunda generación trata de enfocarse también en los clientes más jóvenes, a los que trata de llegar a través de redes sociales como Instagram. Además, acaban de conseguir la ISO 9001 y la ISO 14001 para “mejorar en todos los ámbitos y para “minimizar el impacto de nuestro negocio”, explica Patricia Simonet.

El impacto de la pandemia fue llevar en el negocio, puesto que todos los acontecimientos deportivos se cancelaron. “La facturación nos bajó un 50%. Ahora se ha vuelto a reactivar, todavía no a los niveles de 2019, pero avanzamos”.

Decisiones clave

Entre las grandes decisiones tomadas por Miguel Simonet y Antònia Llorens se encuentra la apuesta por el negocio de los trofeos. “Fue clave y también la inversión en maquinaria. El primer láser de España para hacer grabados lo compró mi padre, también los láseres de fibra y también cuando salió el láser CO₂. Siempre ha sido innovador y no quiso quedarse atrás y esto ha sido una ventaja competitiva”, reconoce Patricia Simonet. La inversión en tecnología ha permitido a Joyeria Mian “no depender de nadie”, porque no tenemos que esperar que una fábrica nos envíe el material. Nosotros podemos hacer mil medallas de un día para otro y hacer modificaciones rápidamente”.

El 60% del negocio de la sede central del Pont de Inca se dedica a los trofeos y el 40% a la joyería. Uno de los últimos encargos ha sido elaborar los galardones de los premios Ramon Llull y las Medallas que otorga el Govern. La sede de Mian acoge una de las exposiciones más grandes de trofeos que hay en España.

Nuevos clientes

Respecto a las modas en joyería, Simonet admite que el cliente ha cambiado drásticamente y ahora busca un diseño personalizado, que sea exclusivo y diferente. “Antes se compraba una joya para toda la vida y actualmente la joya es un complemento de moda y se mira más el diseño, que me guste y que me combine. Llevan un diseño a la joyería y a partir de él quieren algo exclusivo y diferente”.

Insularidad

Patricia Simonet confiesa que a veces han pensado abrir tiendas en otras islas o en la Península, pero que hasta ahora no se ha materializado. Desde Joyería Mian explican que la insularidad les penaliza mucho en la hora de competir. “Con la península no somos competitivos por el sobrecoste marítimo y aéreo. Los portes nos limitan mucho. Por ello, lamento que muchas veces las administraciones públicas no lo tienen en cuenta cuando hacen licitaciones y deciden comprar a la península porque es un par de céntimos más barato”. Considera que tendrían que tener una deferencia con las empresas de Mallorca, que dan trabajo a gente de la isla y que, además, tienen el sobrecoste de la insularidad. Un sobrecoste de doble dirección, que los penaliza para vender en Mallorca y para vender en la península.

Mian también desarrolla una tarea solidaria con la colaboración habitual con entidades como Sonrisa Médica, Proyecto Hombre, Handisport, Aldosivi y Mallorca Legends.