Policía de barrio, el agente más próximo al ciudadano

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La unidad de Policía de barrio de Marratxí se creó hace más de veinte años. Actualmente, está formada por seis policías y un oficial. Son cinco hombres y dos mujeres. Hacen trabajo de lunes a domingo en mañana y horabaixa. Los seis agentes se reparten las tres zonas en que está dividido Marratxí: –

Pòrtol, Sa Cabaneta, Es Figueral y Es Caülls
-Desde el polígono hasta el Pla de na Tesa, Cas Capitài Pont d’Inca Vell
-Urbanizaciones y calle Cabana

La característica fundamental del policía de barrio es que es una figura próxima al ciudadano. Son los agentes que vemos regulando las entradas y salidas de los centros escolares, los que vigilan los mercados semanales o los agentes que encontramos en los parques infantiles y juveniles en los horarios de mayor afluencia.

Una de sus misiones es la prevención de actos delictivos y de infracciones administrativas mediante su presencia a la zona asignada. El policía de barrio pasa gran parte de su jornada patrullando a pie y también en moto para obtener la información necesaria. Entre sus tareas está hacer contactos con los vecinos, comerciantes y asociaciones para conocer a fondo las zonas asignadas

“El policía de barrio es un policía de proximidad, de atención al ciudadano. Basta ver que su uniforme no es tan agresivo como el de un policía de intervención, no lleva chaleco ni tampoco pantalón de intervención”, explica Malén Tugores, oficial de Policía Local de Marratxí.

“Es importante que te conozcan. Muchos de ellos dan su nombre para tener una relación más próxima, así te loncuentan como si fueras un amigo y gracias a la confianza se consigue buena información”, apunta Tugores.


Intervención temprana

Esta proximidad del policía de barrio hace que muchos de los problemas se solucionen en un estado inicial. “Te informan antes de que los problemas se hagan más gordos y esto evita complicaciones, cuenta Tugores.
Los ciudadanos se comunican con el policía de barrio por múltiples vías: cara a cara cuando los paran por la calle, por teléfono, por correo electrónico o, la más frecuente, a través de la aplicación Línea Verde.

Malén Tugores resalta la proximidad del policía de barrio porque “acerca el Ayuntamiento al ciudadano, hace de enlace. No solo pone multas ni reprime, también informa y asesora a los ciudadanos y los encamina en sus demandas”. El policía de barrio contacta directamente con las personas que han formulado quejas o peticiones. “Recibimos un feedback positivo por la atención que prestamos”.

Tugores subraya que la parte negativa del policía de barrio es que “va solo y muchas veces en moto y esto puede ser un problema si hay una pelea o cualquier problema porque estás limitado y tienes que pedir apoyo”.


Anticipación

La tarea de anticipación, y ser los ojos del consistorio en su área, hace que el policía de barrio detecte los problemas antes que nadie. Por ejemplo, a la hora de descubrir deficiencias o peligros en la vía pública. “Lo ve primero y avisa rápiamente sobre un agujero, una farola en mal estado y esto hace que se arregle sin causar problemas ni daños a nadie”.

El gran conocimiento de las personas y de las particularidades de la zona hace que el policía de barrio sea el más adecuado para hacer seguimientos de vigilancia porque conoce los horarios, las zonas y se conoce los grupos y personas de cada barrio, puesto que pasan toda la jornada a la zona, levadura de cuando tienen que hacer cualquier informe.

El oficial Tugores cree que un incremento de policías de barrio haría que los núcleos a vigilar fueran más reducidos. Por ejemplo un policía de barrio solo por Pòrtol y Sa Cabaneta y otro por Es Figueral y Es Caülls. “Esto daría más fuerza a los policías, porque con núcleos tan grandes tienes que estar poco tiempo a cada núcleo”.

A los ciudadanos Tugores los pediría que “no vean la figura del policía como una figura represiva que te puede poner una multa, sino que tenemos una labor asistencial e informativa y damos apoyo a la gente”