El pasado mas de febrero empezó en Marratxí el Programa de Competencia Familiar. Está dirigido a familias con hijos y/o hijas de edades entre 12 y 16 años que quieren mejorar la competencia parental, las habilidades sociales y el comportamiento de los hijos. Se guía a los padres y madres sobre cómo fijar límites a los adolescentes y sobre cómo resolver conflictos relacionados con el sexo, la afectividad o las adicciones. Se trata de un programa financiado por la Consejería de Asuntos Sociales y Deportes y supervisado por el Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social GIFES-UIB.
Durante quince sesiones se trabajan aspectos como habilidades de comunicación personales y dentro de la familia, saber identificar y atender las propias emociones y necesidades y las de los otros y cómo poner normas y límites a los hijos y/o hijas de manera adecuada. También, a aprender a resolver conflictos relacionados con el uso y abuso de sustancias, uso de las tecnologías (móviles, videojuegos, etc.), afectividad, sexualidad, etc.
El programa, en el que participan 14 familias de Marratxí, está conducido por profesionales del ámbito social y está financiado por la Consejería de Asuntos Sociales y Deportes y supervisado por el Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social GIFES-UIB. Este programa está basado en la evidencia científica para la mejora de las habilidades vitales y prosociales de los participantes y para la mejora de las relaciones familiares.
“Es un programa selectivo, por lo tanto, se dirige a familias que están entrando o que pueden entrar en situación de riesgo. Familias normalizadas que no han sabido poner límites claros y ahora se encuentran con adolescentes que no responden como esperaban, o familias con adolescentes que empiecen a presentar comportamientos que hacen ver que si no se redirecciona la situación, se pueden encontrar en situación de riesgo (compañías no deseadas, comportamientos disruptivos…) y familias que simplemente quieren mejorar sus relaciones familiares y la cohesión familiar”, explica Maria Antònia Gomila, doctora del departamento de Pedagogía de la UIB y responsable del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social GIFES-UIB.
Satisfacción
“Por los comentarios que nos llegan de las familias, tenemos constancia que están muy satisfechas con el contenido y la metodología. Hay que destacar que se trabajan los temas a través de dinámicas diversas que favorecen la participación y asistencia a las sesiones, a las cuales se proponen tareas para casa, para que los aprendizajes se puedan consolidar y generar cambios a largo plazo en las dinámicas familiares”, cuenta Joan Sastre, psicólogo del área de Servicios Sociales de Marratxí. Sastre destaca la tarea de las dos formadoras y la coordinadora para adaptar los contenidos a las familias participantes.
Durante quince sesiones trabajan aspectos como habilidades de comunicación personales y en la familia, saber identificar y atender las propias emociones y necesidades y las de los otros y cómo poner normas y límites a nuestros hijos y/o hijas de manera adecuada. También, a aprender a resolver conflictos relacionados con el uso y abuso de sustancias, uso de las tecnologías (móviles, videojuegos…), afectividad, sexualidad, etc.
Objetivos
l programa, que es una adaptación del Strengthening Families Program (SFP), tiene seis objetivos básicos: mejorar las relaciones familiares, aumentar las competencias parentales, mejorar las competencias de hijas e hijos (actitudes y conducta); mejorar las habilidades sociales y emocionales de hijas e hijos; reducir o prevenir el abuso de alcohol y drogas y las adicciones en las tecnologías digitales y mejorar las habilidades comunicativas y asertivas al ámbito de las relaciones afectivosexuales.
Maria Antònia Gomila afirma que están satisfechos de la marcha del programa que se aplica en Marratxí. “Estamos recibiendo un feedback muy bueno. El hecho de que quieran venir y participar en las sesiones (durante casi tres meses), es un compromiso bastante grande, y ya es muy significativo”. Explica que las familias están “muy agradecidas” de tener herramientas y estrategias claras que les permita introducir cambios en sus dinámicas. “Los hijos e hijas también lo agradecen mucho, porque sienten que sus padres les prestan más atención y se preocupan de tener una buena relación con ellos. Son sesiones muy emotivas”, admite Maria Antònia Gomila.